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Querido diario:
Estaba viendo "La reina de África", la vez 48 que me la veo, cuando ha sonado un grito en una celda al final de mi pasillo. Al cinépata que se cree Chubaka se le acaba de romper el DVD mientras Han Solo estaba a punto de besar a la princesa…pobre tipo.
El grito me ha recordado que hoy es el centenario del nacimiento de Tarzán, al que tengo en la fiambrera desde 1984.
Se convirtió en comestible en Acapulco, donde estaba ingresado en un hospital psiquiátrico. Le habían llevado allí después de que un juez de Los Ángeles accediera a la petición de un geriátrico para actores mayores, después de semanas de volver locos a los enfermos a base de gritar como Tarzán una y otra vez. Aquello no había quien lo aguantara.
Estuvo a punto de no ser elegido para hacer Tarzán por un par de cosas, era incapaz de recordar un simple diálogo y los guionistas acabaron por buscarse el rollo de "Yo Jane, tú Tarzán"… quiero decir, al revés, "Yo Tarzán, tú Jane", para que dijera algo facilón y recordable. Jane, Maureen O'Sullivan, la madre de Mia Farrow, se ponía de los nervios.
También los de la Metro tuvieron que pagar un puñado de dólares y prestar a algunas de sus chicas estrellas como Greta Garbo, para la marca de bañadores que tenía la exclusiva con Weissmuller desde que se había convertido en campeón olímpico de natación. A cambio los de la firma de bañadores aceptaron que saliera con el taparrabos.
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