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Espresso: Salvador Puig Antich, uno de los últimos ajusticiados del franquismo
13 de Septiembre de 2006

Querido primo Teo:

EssSalvador_cartel.jpgManuel Huerga estrena el viernes una de las películas españolas más arriesgadas y prometedoras de la temporada. Se trata de "Salvador Puig Antich" , un recorrido por la figura del anarquista que ha pasado a la historia por ser el último ajusticiado a garrote vil en España en 1974, momento en el que el régimen franquista daba sus últimos coletazos.
En la película, el personaje es encarnado por el actor de padre alemán y madre española, Daniel Bruhl, en un complejo papel del que seguro que sale airoso después del buen sabor de boca que han dado sus últimos trabajos.

Puig Antich desarrolló toda su vida en la capital catalana donde transcurrieron los 25 años que compusieron su vida. Era hijo de una familia trabajadora de clase media, siendo el tercer hijo de una familia numerosa de seis hermanos.
Su vena anarquista fue heredada de su padre, que militó en su juventud en Acció Catalana durante los años de la República. Su progenitor fue condenado a muerte, aunque fue indultado en último momento, medida que su hijo no disfrutaría en su momento.

Salvador recibió enseñanza en el religioso colegio de la Salle, uno de los centros más destacados de la Barcelona de esos años. A pesar de que prometía como estudiante por su capacidad para memorizar y expresarse, no estaba dispuesto a tener que seguir la férrea disciplina del centro, por lo que tiempo después fue expulsado por indisciplina.
Con dieciséis años, dividió su tiempo entre su trabajo en una modesta oficina y las clases nocturnas que le eran impartidas en el Instituto Maragall. Allí, conocería a dos personas importantes para su futuro como fueron los hermanos Solé Sugranyes, futuros integrantes y camaradas del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL).

EssSalvador_DanielBruhl.jpgSi hubo un acontecimiento que marcaría el devenir de Salvador, ese sería los episodios vividos en el Mayo de 1968 en Francia. Allí decidió que tenía que hacer algo por su país y por mejorar la situación que se vivía en el territorio español bajo el régimen franquista, algo de lo que el Mayo francés le hizo percatarse.
Su lucha contra la dictadura franquista comenzó desde Comisiones Obreras donde formó parte de la comisión de estudiantes. Después de ello, se trasladó a posiciones más radicales y extremas en busca de la lucha y posterior emancipación de la clase obrera, en la que no es posible ningún tipo de jerarquía o subordinación a una instancia superior.

Una vez licenciado en Ciencias Económicas, se integró en el MIL, donde formó parte de la rama armada, responsable de las acciones de esta organización anarquista. Primero comenzó como simple chofer en los vehículos participantes en los actos, pero poco después ya ejercía de pleno activista, a pesar de que como relató una de sus hermanas nunca se acostumbró a llevar un arma, teniendo pesadillas por la noche debido a esta circunstancia.
Las primeras actuaciones del grupo fueron atracos a sucursales de banco para financiar el Movimiento, pero con el paso del tiempo los objetivos llegaron a radicalizarse. Tenían sus contactos en Francia, y desde ahí recibían ayudas tanto técnicas como humanas por parte de los militares cenetistas, es decir pertenecientes a la unión confederal de sindicatos autónomos de ideología anarcosindicalista (CNT).

En 1973, España daría un vuelco en todos los sentidos. Determinados acontecimientos hacían aventurar que el final de una época y el inicio de otra estaban a punto de llegar. En Agosto de 1973, la MIL convocó una reunión en Francia con el objetivo de disolverse, pero era demasiado tarde. La policía inició una exhaustiva red de actuaciones con el objetivo de descabezar y acabar con la MIL después de un ataque del Movimiento a una sucursal de la Caixa en Septiembre.
Uno de los primeros detenidos fue Santi Soler, que tras ser torturado confesará los lugares en los que se encuentran Salvador y el resto de componentes del grupo.
Finalmente, Santi Soler fue una pieza clave para la detención de Salvador ya que fue utilizado como cebo en un plan que se llevó a cabo el 25 de Septiembre de 1973 en Barcelona, que fue más accidentado de lo previsto.
Salvador y otro compañero son detenidos, produciéndose un tiroteo en el que un guardia civil resulta muerto y Salvador cae herido.

EssSalvador_PuigAntich.pngPuig Antich fue encarcelado. El delito en el que podía basarse la imputación ya estaba cometido, la muerte del joven guardia civil. Salvador estuvo ingresado en la cárcel varios meses, en los cuales se produjo uno de los atentados que más han marcado la historia de España, como es el asesinato del presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, producido el 20 de Diciembre de 1973 siendo uno de los atentados de la banda terrorista ETA más impactantes.
Cuando Salvador conoció la noticia declaró a uno de sus allegados: “Esa bomba también me ha matado a mi”. Y Salvador no estaba privado de razón, ya que ese atentado fue un elemento más para que se acelerara la ejecución de Salvador con un régimen franquista que buscaba venganza y cabezas frente a lo que había acontecido. Salvador era el hombre en el que se podía descargar toda esa rabia.

A pesar de las manifestaciones que llegaron de toda Europa para que aboliera la pena capital, Salvador ya partía como condenado. Se sometió a un consejo de guerra y Franco no concedió el indulto.
El 2 de Marzo de 1974 a las 9:40 de la mañana, Salvador era el último ejecutado de nuestra historia por el procedimiento de garrote vil en una celda de la Cárcel Modelo de Barcelona. Tenía 25 años, pero lo más sonrojante, querido Teo, es que sólo han pasado 32 años desde que estos hechos ocurrieron.

En la actualidad existe un recurso en el Tribunal Supremo que pretende reabrir el caso de la muerte del joven anarquista. En palabras del cantautor Lluis Llach, que ha participado en la banda sonora de la película: “Con la participación en esta película, he podido vengarme de uno de los días más tristes e injustos que me ha tocado vivir”
El recurso se basa en que Puig Antich no formaba parte de una banda terrorista, sino un grupo de agitación armada. Otro de los argumentos utilizados es que nunca se pudo demostrar que la bala que mató al guardia civil catalán fuera disparada por Salvador, ya que todo se produjo en un tiroteo entre los cuerpos de seguridad y tres integrantes del MIL.

Tu primo Coronado.

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LA MODELO.

Por Rafael del Barco Carreras.

Este año es noticia, por fin la desmantelan, o eso dicen. Los vecinos ya no sufrirán su presencia. Mantendrán la estructura central como monumento y recuerdo a su tétrica historia. Pero lo tétrico no es historia, alcanza nuestros días, con el beneplácito ciudadano. ¡Que se lo pregunten a Xirinachs, que se suicidaría de puro asco, y tanto acallado denunciante!. “Asesinos, asesinos…”, gritaban por los 80 desde los balcones a las tres de la madrugada, cuando varios funcionarios apaleaban, después de consumir grandes raciones de alcohol, a los desgraciados engrilletados a las argollas que entonces colgaban de las paredes del semisótano de la QUINTA GALERÍA. El sistema para mantener el orden en aquella pocilga. Hasta NUEVE en una celda de nueve metros, con jergones encima del pestilente retrete. 2.600 presos, donde 1000 ya eran demasiados, con una galería destrozada en los motines de finales de los 70, sin comedores, asquerosas y frías duchas a menudo sin agua, y la comida pura bazofia, suplida por la exterior si se podía pagar. Igual o peor que el “Expreso de medianoche”.

Por desgracia he vivido las varias MODELOS de los últimos veinticinco años, y aun no sé cual es la peor, si la del 80, la de los 90, ya con la Generalitat, o los 2000. Si en una, las torturas, con el argumento de los torturadores de aplicar el único SISTEMA viable para mantener el orden con pocos carceleros (y afirmo que con placer por su parte), o la otra, donde flotan zombis drogados, vigilados por infinidad de funcionarios y “técnicos”, cuyos desastres cuando obtienen la libertad o permisos son más que evidentes. Cabría estudiar si el violador o asesino reincidente, siempre multiplicando su agresividad después de una larga estancia en prisión, añade a su inicial desviación biológica o psíquica un plus de venganza por el trato y “terapia” recibidos.

Si el primer día aun no me había repuesto de la sorpresa de la detención, cuando con mi abogado Pascual Estevill celebramos, la noche anterior, con cena en el Casino, la negativa del juez de instrucción al procesamiento, al segundo tomé conciencia que si el sumario reflejaba la Gran Corrupción de la clase política y financiera de Barcelona, a la que añadiría la judicial, allí cada palmo no solo era corrupto sino inhumano (con zonas muy parecidas a las descritas en los campos de concentración nazis). Ya antes de entrar, primera escena kafkiana, el policía “jefe de estafas”, Justo Aguilera (actual comisario jefe en Jaén), “para despistar a la prensa” nos lleva él SOLO, a Serena (de Automóviles Serena) y a mí, desde los juzgados al “Abrevadero”, excelente restaurante tras el “Teatro Victoria”. Mi última comida en libertad, y con un policía que los años me informarían de la cuerda de Piqué Vidal. La Policía no aplicó con nosotros el habitual “hábilmente interrogado”, que hacía de la Modelo el destino soñado de todo detenido… tenían el guión previamente estructurado. No recuerdo interrogatorios pesados, solo los asquerosos calabozos de Vía Layetana con olor a orines y de difícil distinguir entre la noche y el día. Tres días de pesadilla.

La sexta era la “mejor”, para primerizos, gente no conflictiva, o trabajando en talleres y “destinos”, y tres en una celda GRAN CONCESIÓN, si no fuera porque el compañero de litera bebía no menos de treinta cervezas diarias y se pasaba la noche meando, impidiendo conciliar el necesario sueño. Al tercer o cuarto día descubrí que la única ventaja del lugar era el obligado ajuste al medio olvidando el mundo exterior. Pero no se olvida, duele intensamente. Y premisa sin excepción, no tomar ni “aspirinas”. El “aguanta”, o de lo contrario “revientas”.

Hacia los cuarenta años con tres hijas menores y familia en los negocios (muy lejanos a la millonada denunciada y con problemas jurídicos agravados con la detención), si aquello duraba, el futuro se mostraba muy negro, ¡y duró TRES AÑOS! (de allí al juicio y condenado a los tres años), y con la prensa publicando millones a mansalva, que yo no había visto. Otro recuerdo imborrable, la diputada socialista ANA BALLETBÓ vociferando en el Congreso de los Diputados que los del gran desfalco del último franquismo el CONSORCIO DE LA ZONA FRANCA estaban donde debían, LA CÁRCEL. Yo ni había estado nunca en el Consorcio ni era franquista ni tenía nada que ver con esos DIEZ MIL MILLONES que decían desaparecidos. Y La PRENSA, actor importantísimo en el tétrico drama, publicando que Bruna, el delegado del Estado ya encarcelado meses antes, vivía en prisión como un marajá. Sin embargo leyéndola a diario, entre líneas, completé lo deducido en el sumario, el gran engaño que entre los autores y descubridores “Serra y Maragall” se fraguó beneficiándose de los millones del BANCO GARRIGA NOGUÉS, o sea, Javier de la Rosa. Los cuervos a por su presa. Pero eso ya era el pasado, si pretendía la mínima comodidad, o simplemente huir lo más posible de la más sucia de las miserias y convivencia… ¡habría que pagar!. La expresión del Director Camacho, “a los del Consorcio no se les puede dar DESTINO porque la prensa se me echa encima”, solo se paliaba con las promesas de una libertad con fianza. El segundo y tétrico engaño de mis abogados, el primero, que ni me procesarían. Un primer año entre el patio, Pascual Estevill y Eduardo Soler Fisas. Y los enemigos no estaban en el patio, eran mis abogados. Ni allí ni en ningún lugar encontraría a nadie tan amoral como Pascual Estevill, y por desgracia tardaría en darme cuenta.

Y si el terror suplía a los pocos funcionarios, unos VEINTICINCO por guardia (ahora varios centenares para la mitad de individuos), un refinado sistema de beneficios mantenía el orden y todo el organigrama interno. Los antiguos “cabos de varas” (sin las varas en la ya Democracia), los “kíes” dominando el juego y las DROGAS, y un buen número de “destinos” (prácticamente la cárcel funcionaba con el trabajo de los presos) mantenían el orden en aquella anarquía total. Entre las concesiones, la compra de cervezas al precio de “economato”, catorce pesetas, para revenderse a cincuenta, y si el cupo por persona eran dos diarias, según el “destino” se podían comprar hasta varias cajas con lo que las ganancias o las borracheras eran seguras. Primera premisa, pagar por TODO, desde un “machaca” a la “red” que te permitiría comer con vino o “salir del patio” y alcanzar un buen “destino”. De entrada la prioridad, las chinches, el borracho Juan, las depresiones que me juré no aparecieran, y comer decentemente. El aguante humano es infinito, con un mínimo de voluntad e ingenio.

Desde el primer momento me pareció imposible no caer enfermo, todas las enfermedades infecciosas tenían cabida, y apareció la SIDA, que a mi entender pudo incubarse tan bien allí como en el África donde situaron su nacimiento. Otra incoherencia, culpa de mi obsesión por la ducha diaria, mis pies se llenaron de hongos provocándome la única herida o enfermedad de toda mi vida de adulto, y desde entonces el Panfungol es la solitaria medicina de mi botiquín. Quizá sea un caso especial pero desde las anginas de mis quince años, jamás he acudido a más médico que un dentista. Una suerte añadida, porque la atención médica, era más bien desatención, y en manos de un único y siniestro personaje.

Continuará…

Ver www.lagrancorrupcion.com



Autor: Rafael del Barco Carreras // Septiembre 22, 2007 11:57 AM

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