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In Memoriam: Jack Palance, el villano del western
11 de Noviembre de 2006

Querido diario:

InMemoriam_JackPalance.jpgEn los últimos años estaba muy enfermo y se encontraba retirado de la vida pública. Esta pasada noche su representante dió a conocer la muerte de uno de los últimos nombres destacados de un género decadente desde hace décadas y décadas como es el western. Su rostro inexpresivo y duro le convirtió en el villano por antonomasia de este tipo de producciones.

Jack Palance, que nació con el nombre de Vladimir Palianuk, fue hijo de un minero ucraniano. Los primeros años los pasó de rancho en rancho en las zonas más tipicamente profundas de la Usamérica de la época. Deportista de vocación cultivó su cuerpo en la juventud sobre todo desde el punto de vista de la potencia física, circunstancia que facilitó que se convirtiera en boxeador profesional a finales de la década de los 30.
Los que le vieron afirmaron que el joven Palianuk no era manco ni muchísimo menos augurándosele una carrera más que estimable dentro del ring. La llegada de la Segunda Guerra Mundial puso fin a todas estas aspiraciones pugilísticas ya que el joven ingresó en las fuerzas armadas en 1941.

Terminada la guerra, se licenció como dramaturgo en 1949 en la Universidad de Stanford de California y un año después daba el salto al cine con el papel de un asesino llamado Blackie en la película "Panic in the streets" de la mano de Elia Kazan. A pesar de no ser un gran intérprete, el ya rebautizado Jack Palance cautivaba a los espectadores con su presencia en pantalla y sobre todo con su voz grave e intimadora.
A principios de los 50, realizó dos de sus interpretaciones más destacadas. La de amante celoso que acosaba a la ya famosa actriz Joan Crawford en la película "Miedo súbito’" y la del cruel Jackie Wilson en "Raices profundas", uno de los clásicos del western usamericano.
Por estos dos papeles, consiguió sendas nominaciones al Oscar como actor de reparto logrando en poco tiempo que la industria usamericana le aceptará como uno de los suyos, a pesar de ser considerado un actor muy focalizado en un género concreto.
Aquí tienes una buena escena de "Miedo súbito" con Crawford y Palance en acción.

Vídeo

A partir de ese momento, su trabajo se intensificó con la interpretación de todo tipo de personajes: indio apache en "Arrowhead’’; Jack, el destripador en "Man in the Attick’’; Atila, en "Sign of the Pagan’’, y un adversario de Jesús, en "The Silver Chalice’’.
Famoso por su humildad, no dudó en ser crítico con la gran parte de los directores con los que había trabajado. Según su opinión, ellos no servían ni para dirigir el tráfico.

En los 70 y los 80 vío como su carrera palidecía al igual que el género que le había reportado fama. En estos años su carrera se movío por el género de la comedia, y en muchas de esas ocasiones Palance no tenía más remedio que caricaturizarse a si mismo. Por ejemplo, en el caso de "Bagdad cafe" en el que interpretaba a un peculiar hombre de la América profunda con inquietudes artísticas y cautivado por las carnes de la oronda protagonista.
En 1992 rodó "Cowboy de ciudad", una película en la que Palance se tomaba con humor el papel que había encarnado en casi todos sus trabajos.

InMemoriam_JackPalance2.jpgEra su última película, él ya lo sabía. La salud empezó a flaquearle y ya no se sintió con fuerzas para rodar más películas. Se retiró a Montecito, en el Estado de California decidido a convivir con su familia y sus recuerdos hasta el fin de sus días.
Pero cuando rodó "Cowboys de ciudad", nunca se hubiera imaginado que la Academia de Hollywood le reconocería con un Oscar al mejor actor de reparto, que siempre ha ido acompañado de polémica ya que muchas voces críticas alegaron que no se premió la interpretación de Palance, sino el reconocimiento a una figura del pasado en su canto del cisne, algo que Hollywood suele hacer de vez en cuando.
Más polémica se produjo un año después cuando Palance fue a la ceremonia de los Oscar para entregar el Oscar a la mejor actriz de reparto. La favorita era Judy Davis por "Maridos y mujeres", y como posibles alternativas había tres grandes actrices británicas como Joan Plowright, Vanessa Redgrave y Miranda Richardson, pero Palance abrió el sobre y dijo sencillamente un nombre, el de Marisa Tomei, candidata por "Mi primo Vinny", que a priori tenía tan pocas posibilidades de ganarlo, que desde ese momento surgió una leyenda negra que aún permanece en la que se habla de que Palance, algo embriagado por alguna copa de más, dijo el nombre que le vino en gana al margen de lo que ponía en el sobre.

Rostro imperturbable, voz grave y porte de ciudadano del este han hecho de Jack Palance una figura no tan grande como otras pero que está destinada a permanecer en la memoria de los espectadores por mucho tiempo.

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