Steve McQueen y el recuerdo de un gran beso a subasta
13 de Noviembre de 2006
Querido diario:
Steve McQueen entró en mi fiambrera en 1980 a los 50 años, y a menudo me viene a la memoria. Su viuda, Bárbara, acaba de subastar más de 200 objetos pertenecientes a la leyenda de Hollywood, chaquetas de cuero, vitolas, fotos, y hasta una moto. Al margen
de los tres millones de dólares, menos impuestos claro, que se han sacado en la subasta, Bárbara estaba contenta y generosa diciendo que "Es bonito que otros puedan tener un pedacito de Steve... y recordarlo todos los días"
Lo más caro ha sido una de sus motocicletas, una Croker de 1937, por la que alguien pagó casi 250.000 €, aunque mirándolo bien, lo más caro han sido las gafas que usó en "El caso de Thomas Crown" por las que un comprador anónimo pagó cerca de 60.000 €.
Tampoco es que fueran unas gafas muy muy especiales, como las que eligió él mismo con todo cuidado para hacer el personaje de "La huida", pero es verdad que tuvieron también su secuencia.
Era un personaje tan opuesto a Steve, tan opuesto a su registro, que le resultó difícil adaptarse, aunque puso todo su esfuerzo por demostrar que era el más indicado, y hasta aprendió a jugar al Polo como un profesional
sólo para demostrar que valía para el papel.
La escena del beso entre McQueen y Faye Dunaway, que necesitó ocho días para una toma de un minuto, levantó muchos rumores sobre las dos estrellas. Ella simplemente afirmaba ante los medios que «un hombre casado acarrea demasiados problemas». Aquella producción de cuatro millones de dólares recaudó más de dieciséis. Convenció lo suficiente como para que "The Belles of Menphis", un grupo de colegialas del sur, le nombrara «El hombre más sexy de Usamérica».
