Querido primo Teo:

60 años han pasado desde que surgiera un Festival de cine bien pegado a la Costa Azul que después de varias décadas de existencia se ha consolidado como el certamen de referencia para los que tienen al cine como psicopatía madre.

Para alcanzar este privilegiado puesto ha habido momentos álgidos y situaciones de crisis que te comentarán los psicos de LoQueYoTeDiga la próxima semana en tu diario. Así comprobarás como sólo los que resisten los envites y los problemas son los que terminan convirtiéndose en grandes. Esta premisa tan “espartana” simplemente es una introducción para abrir el libro de lo que hace 60 años nació en una pequeña localidad situada en la Riviera Francesa que no llega a 70.000 habitantes.

Todo comenzó a principios de los años 30, época convulsa de preguerra en la que los países más poderosos estaban más preocupados por asentar su hegemonía sobre los demás que cualquier otra cosa.
Fue en 1932 cuando en Venecia se organizó el primer Festival internacional de cine en el que una Italia invadida por el fascismo y a pocos años de la Segunda Guerra Mundial comenzaba a impulsar la cinematografía italiana y alemana.
¿Porqué consideramos que el embrión de Cannes nació en Venecia, que en el futuro sería uno de los festivales más potentes junto al celebrado en la Croisette?. Todo viene de la siguiente anécdota.

En 1938, en el marco del Festival de Venecia, todo parecía encaminado a que la película “La gran ilusión” de Jean Renoir saliera victoriosa recibiendo la Copa Mussolini que acreditaba a la mejor película. Pero, a pesar que tanto los franceses como todos los críticos situaban a una de las grandes obras de Renoir como incontestable favorita, el triunfo fue para “Olimpia” de Leni Riefensthal, la llamada cineasta del nazismo.
El enfado de los franceses fue tan descomunal, ya que consideraron el premio una muestra más del fascismo y la ideología imperante en el certamen, que poco después surgió un gran clamor en Francia entre los intelectuales para que en el país galo se organizará un Festival Internacional de Cine que pudiera ser una alternativa efectiva a la “cerrada” Venecia sin ningún tipo de censura o represión política.

Entre los intelectuales que solicitaron al Gobierno francés la implantación del Festival destacan Louis Lumiere o Robert Favre Le Bret, uno de los grandes estandartes del Festival durante el siguiente medio siglo.
El Gobierno tomó cartas en el asunto y entre todos los proyectos presentados se decantó por Cannes como sede del Festival, frente a la otra apuesta seria que era Biarritz. El Festival de Cannes ya era una realidad, viendo la luz el 1 de Septiembre de 1939. La satisfacción de los organizadores duró poco. El certamen se cerró al día siguiente. La II Guerra Mundial había comenzado.

Tu primo.
Coronado