Quien le hubiera dicho a Marianne Faithfull, cantante y mito erótico en los 70 y musa de los Rolling Stones, que volvería, después de muchos años desaparecida, con una pequeña película británica llamada “Irina Palm” en la que interpreta a una abuela que para poder pagar el tratamiento que necesita su nieto para curarse de una enfermedad se dedica a masturbar a los clientes de un prostíbulo. Eso si, no cara a cara ya que primero sus clientes colocan el pene en un agujero y después ella hace el trabajo.
Algo sorprendente a estas alturas para la Faithfull que además ha recibido unas críticas muy entusiastas por un papel que le ha valido una nominación como mejor actriz en los recientemente celebrados premios del cine europeo.
Nacida el 29 de diciembre de 1946 en el barrio londinense de Hampstead, empezó su carrera como cantante en 1964 interpretando As Tears Go By, una canción escrita por Mick Jagger y Keith Richards. Al poco empezó a salir con Jagger y a grabar una serie de singles de éxito, como This Little Bird, Summer Night y Sister Morphine. Tras romper la relación con Jagger, Faithfull dejó de grabar y se hizo adicta a las drogas. Regresó al mundo de la música en 1979 con Broken English, un gran éxito de crítica que no lo fue tanto de ventas.
Aquí la tienes en sus años dorados cantando “As tears go by” en el Londres de 1965...
Marianne fue la primera persona en utilizar la palabra fuck (follar) en una película, concretamente en “I'll Never Forget What's 'Isname”. Durante este tiempo ha ido teniendo algunos coqueteos con el cine después de superar definitivamente su etapa de desenfreno, sexo, drogas y rock and roll. Antes de verla a partir de esta semana en “Irina Palm”, tuvo una pequeña aparición como madre de la alocada reina en la “María Antonieta” de Sofía Coppola interpretando a María Teresa.
Hace un par de años estuvo en Madrid en un recordado concierto en el Círculo de Bellas Artes. Allí confesó que había pasado mucho miedo cuando le diagnosticaron en 2005 un cáncer de mama que ya ha superado. En una entrevista aparecida en el suplemento Magazine de El mundo decía lo siguiente: “Me he asustado como nunca. He pasado miedo, me he angustiado. He tenido, a veces, la sensación de que mi vida se apagaba. El cáncer ha sido una experiencia durísima, pero he recuperado la salud, la sonrisa. El cine me ha puesto delante la posibilidad de evadirme y de convertirme en otra persona. Puedo ser quien yo quiera o quien me propongan, dentro de un orden. Es un fenómeno de reciprocidad en cierto modo. El personaje te permite escapar, pero, al mismo tiempo, tú conviertes al personaje en una prolongación propia. Me vuelco en ellos. Creo que esa experiencia proviene de que los guiones son inanimados. Eres tú quien tiene que rellenarlos. Podría poner el ejemplo de la reina María Teresa. Era austriaca, como mi madre. Y oía hablar de ella desde que yo era muy pequeña. Por eso son inevitables las pinceladas personales.”
Todo un personaje como Marianne no podía dejar de tener además una web oficial
Quien le hubiera dicho a Marianne Faithfull, cantante y mito erótico en los 70 y musa de los Rolling Stones, que volvería, después de muchos años desaparecida, con una pequeña película británica llamada “Irina Palm” en la que interpreta a una abuela que para poder pagar el tratamiento que necesita su nieto para curarse de una enfermedad se dedica a masturbar a los clientes de un prostíbulo. Eso si, no cara a cara ya que primero sus clientes colocan el pene en un agujero y después ella hace el trabajo.
Hace un par de años estuvo en Madrid en un recordado concierto en el Círculo de Bellas Artes. Allí confesó que había pasado mucho miedo cuando le diagnosticaron en 2005 un cáncer de mama que ya ha superado. En una entrevista aparecida en el suplemento Magazine de El mundo decía lo siguiente: “Me he asustado como nunca. He pasado miedo, me he angustiado. He tenido, a veces, la sensación de que mi vida se apagaba. El cáncer ha sido una experiencia durísima, pero he recuperado la salud, la sonrisa. El cine me ha puesto delante la posibilidad de evadirme y de convertirme en otra persona. Puedo ser quien yo quiera o quien me propongan, dentro de un orden. Es un fenómeno de reciprocidad en cierto modo. El personaje te permite escapar, pero, al mismo tiempo, tú conviertes al personaje en una prolongación propia. Me vuelco en ellos. Creo que esa experiencia proviene de que los guiones son inanimados. Eres tú quien tiene que rellenarlos. Podría poner el ejemplo de la reina María Teresa. Era austriaca, como mi madre. Y oía hablar de ella desde que yo era muy pequeña. Por eso son inevitables las pinceladas personales.”