“Crónica de la Guerra Europea 1914-1918. Una historia en la trinchera de la Primera Guerra Mundial”

“Crónica de la Guerra Europea 1914-1918. Una historia en la trinchera de la Primera Guerra Mundial”

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Tras algunos libros hay una película. No en sus páginas, sino en su propia supervivencia. Esto ocurre en "El giro" y con éste. El centenario de la I Guerra Mundial ha sido el corcho que lo ha sacado a flote desde las profundidades de nuestra historia reciente.

Título: “Crónica de la Guerra Europea 1914-1918. Una historia en la trinchera de la Primera Guerra Mundial”

Autor: Vicente Blasco Ibáñez. Edición abreviada de José Manuel Lechado

Editorial: La esfera de los libros

Blasco Ibáñez compuso la mejor y más documentada crónica de la guerra de 1914. La dimensión del trabajo exigió colaboradores y aprovechar los privilegios de acceso que le daba la recién alcanzada popularidad en todo el mundo como creador de "Los cuatro jinetes del Apocalipsis". El resultado fue la publicación de varios volúmenes, más de 5.000 páginas con fotos, documentos y textos. Se editó en Francia en español, pero su existencia posterior fue ahogada por el franquismo hasta convertir la obra en objeto de coleccionista. Esta crónica quedó así incluso fuera del material historiográfico, a pesar de su enorme valor testimonial, superior en muchos casos al de otras crónicas de la misma época. Blasco Ibáñez es uno de los grandes reporteros de comienzos del siglo XX, su historia de la vuelta al mundo que dio entonces es un documento esencial para comprender la época en medio planeta, y volvió a demostrar su compromiso con la Guerra Mundial a favor de los aliados. El valenciano construyó un trabajo antropológico, social y político que supera con mucho la vertiente militar y periodística. José Manuel Lechado ha sido el responsable de devolvernos la parte más sabrosa de los nueve volúmenes originales. El resultado es plenamente recomendable para todo tipo de lector desde los quince años.

Así comienza el libro...

«No hay en la historia de la humanidad guerra alguna que pueda compararse con la presente. Las grandes invasiones de los bárbaros que dieron fin a la llamada Edad Antigua; las avalanchas galopantes de los hunos y de las hordas mongólicas; los choques europeos que por su duración recibieron los títulos de Guerra de los 100 años y Guerra de los 30 años; los avances arrolladores del turco hasta los muros de Viena; las campañas de los reyes españoles contra medio mundo; las conquistas napoleónicas que durante quince años trajeron trastornado al continente; todos los hechos de la historia belicosa de los hombres palidecen y se achican frente a la guerra de 1914. Un día de esta guerra equivale, por sus pérdidas en hombres y dinero, a un mes o un año de las guerras famosas de otros tiempos. Las grandes cabalgadas de jinetes vándalos y hunos, exageradas por el terror de los cronistas y los medios de subsistencia de aquellas épocas, tal vez fueron menos importantes numéricamente que las cortinas de caballería que esparcen como simples avanzadas los ejércitos del presente para ocultar sus movimientos. Esta es la primera guerra que hacen los pueblos con ejércitos formados por el servicio obligatorio; el primer choque de naciones enteras puestas sobre las armas. Todos los hombres, desde los dieciocho años a los cincuenta van al combate. Nunca se han visto chocar y morir tantos hombres juntos en un terreno de operaciones tan vasto. La mitad aproximadamente del género humano está en guerra en estos momentos directa o indirectamente. De los 1.700 millones de seres que constituyen la población del globo, 854 millones (entre metrópolis y colonias) se odian y gastan su dinero para exterminarse. ¿Cuándo se conoció esto en la historia?».

Este es un libro que merece un lugar destacado en cualquier biblioteca, puede leerse cronológicamente o abriéndolo sin más, y tropezarse con la aparición del primer zepelín que bombardeó Amberes, o una familia española asesinada por los nazis para saquear su puesto de frutas en Holanda. La sencillez con la que describe Blasco Ibáñez en muchas ocasiones resulta estremecedora.

DossierCrónicadelaGuerraEuropea.pdf

Carlos López-Tapia

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José Manuel Lechado
José Manuel Lechado
10 años atrás

Muchas gracias, Carlos, por tu amable crítica del libro. Sólo comentarte un despiste: es la Primera Guerra Mundial, los alemanes todavía no eran nazis (aunque se comportaran como tales). Un cordial saludo.

Carlos
Carlos
10 años atrás

La propaganda proaliada ya funcionó en la primera guerra mundial, al igual que luego lo haría en la segunda. Solían llamarlos "hunos" pero lo de nazis es algo precipitado. Y no digo que el bando de las potencias centrales no hiciesen salvajadas, pero más o menos las mismas que las potencias aliadas.

Carlos
Carlos
10 años atrás

Gracias por señalarmme el despiste. Es tan evidente que lo achacaré a la fuerza icónica del nazismo en mi memoria. Ha sido un placer leer a Blasco de reportero.

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