Cuaderno de viaje: Nueva Orleans
Querido diario:
Anoche me tragué en la tele la versión rosa de Cleopatra. La verdad, es que yo prefiero la verdadera"Cleopatra" que está entre mis favoritas, porque lo cierto es que para mi no habrá otra reina de Egipto que Liz Taylor, ni otro Marco Antonio que Richard Burton.
Acabo de recibir carta de mi tío Anibal, que sigue de viaje. Esta vez, me lleva hasta Nueva Orleans, una de mis ciudades preferidas, porque tiene 42 cementerios. Pero dejando a un lado, el dato necrofílico, siempre te puedes dar una vuelta por el barrio francés, que tiene 300 restaurantes y decenas de locales musicales.
Querido sobrino:
Todavía existe la línea que transportó a Vivien Leigh hasta la calle Deseo, en uno de los 35 modelos de color verde oliva que sobreviven desde 1923. Apenas había dos kilómetros de calles asfaltadas cuando se inauguró, en 1835, la línea entre Canal Street y Carrollton. Son 30 kilómetros que se recorren en hora y media por un dólar. Una huelga de tranvías en 1914 es el origen del manjar más consumido en la ciudad. El po´boy es una baguette partida en tres y rellena con marisco frito. Fue un invento de dos porr boys que vendían a diez centavos en aquellos duros días.
Todo lo importante pasa por Antoine´s. A Julia Roberts le vuelan al profesor amante de El Informe Pelicano con el estómago relleno por las delicias del local más clásico de la ciudad. Si pides el menú te llegan 13 páginas de fax, 26 aperitivos con aire francés y 10 postres tradicionales. Tiene 15 comedores y, aunque el que elige Kevin Costner para descubrir que el aseinato de JFK, caso abierto, es un complot no está mal, yo prefiero la Mistery Room. Me excita el tapizado rojo y saber que se servía alcohol durante la ley seca. Un recuerdo final para Antoine Alciatore, el fundador que vino de Marsella en 1840 y cuyos descendientes aún dirigen el negocio.
Por si te ha sabido a poco la postal de mi tío, aquí tienes una reportaje de Antonio Martínez sobre la ciudad.
Y aquí otros enlaces:
Para visitar la ciudad, y aquí también
Algo más sobre tranvías
Aquí tienes una webcam por si te apetece buscar a mi tío Anibal entre la gente. Pero aviso, no siempre funciona.