Cuaderno de viaje: Un castillo en las Islas Hébridas
Querido diario:
Mi tío Anibal sigue de viaje y desde Irlanda se ha ido hasta Escocia, la tierra de Sean Connery, la misma tierra volcánica y brumosa que esconde los secretos de la fortaleza que aparecía en "La Trampa".
Querido sobrino:
Me siento vulgarmente atraído por el robo cuando lo comete un ladrón culto y de guante blanco, sobrino. Aunque hay muchos, yo recuerdo a Sean Connery que siendo un nacionalista escocés, elige como santuario doméstico un lugar cuyas raíces se hunden en lo más profundo de la piel de Escocia: el castillo de Duart.
El castillo está abierto del 1 de mayo al 11 de actubre, para que los turistas visiten sus salones y se horroricen en las mazmorras con el toque macabro de unos maniquíes a tamaño natural de prisioneros de la Armada española. El castillo fue la dote de una McDougalls cuando se casó con un Maclean hace 600 años, y desde entonces ha sido destruído varias veces.
Cuando en el siglo XVII su señor fue nombrado baronet, el título inferior de la nobleza inglesa pero con derecho hereditario, el edificio ya poseía la torre y el patio de armas. Hace menos de diez años los buzos descubrieron en la costa los restos de un barco de guerra de aquella época, The Swan, enviado por Cromwell contra los Maclean, enemigos del parlamentarismo. En 1911, un rico Maclean compró el castillo tras un siglo de servir como cuartel para devolverle su esplendor.