Revista cinepática de Lemur: Mediocridad
Teo:
La censura a veces puede hasta resultar graciosa. En China han quitado de "Piratas del Caribe 3" las escenas en las que sale el pirata chino. Así que quienes quieran ver su actuación en china, tendrán que recurrir al mercado pirata (chino) para hacerlo. Y la censura a veces nos da sorpresas agradables. La censura pasada, claro. Acaban de publicar en España unas fotos de Marilyn que en su día fueron censuradas y que, por fin, podremos ver.
Me parecería preocupante esta encuesta, si no fuera porque preguntáramos por lo que preguntáramos, el resultado sería muy similar. Pregunta por políticos, por periodistas, por cantantes, por estrellas de la tele... más de la mitad de los españoles te dirá que son mediocres. Bueno, y si preguntas a los directores probablemente te dirán que la mitad del público (quizá esa mitad que no va al cine español), es mediocre.
En otros países el cine se implica políticamente o con el medio ambiente. Aquí es simplemente mediocre. No es que la gente piense que la mitad del cine sea mediocre, es que la mitad de la gente considera que todo el cine español es mediocre. Aunque probablemente la mitad de ellos esté pensando en la primera acepción de "mediocre" y la otra mitad, en la otra. Por cierto, que ahora que las Sociedades de Autores europeas han renunciado a la exclusividad de la gestión de los derechos de autor porque, simplemente, vulnera la legislación, veo que el Diccionario de la RAE tiene copyright. Espero que sólo afecte a las definiciones y no a las palabras. Menos mal que no son tan mediocres de cobrarnos por cada palabra que usamos. Alguien se salva de la mediocridad.
Freud de niño estaba enamorado de su madre y creía que toda la humanidad, lógicamente, también lo estaba (cada uno de la suya, claro). Y Monica Bellucci... en fin, sin comentarios. Pues aquí nos pasa igual, solo que al revés. Casi todo es mediocre. Pero nadie razona: "Entonces, estadísticamente, tengo muchas probabilidades de ser mediocre".
Teo, te dejo, me está embargando mi mediocridad.