Salir de un armario de cine
Cargando...Querido diario:
Me he tenido que retirar un rato a mi celda porque me fatiga el momento del juego para decidir nuevos iconos gay. Ahí si que lo flipan. Va ganando el número 3. Dicen que es el número más gay, más que el 0. Que el 0 es una bastez evidente por muy árabe que sea (hay un prejuicio sexual muy positivo con los árabes). Cuando se ha creado la comisión para que el 3 cambie su orientación y quede tumbado, he decidido meterme un cubo de sedatines 500 mg y relajarme aquí un rato.
La edición psico del orgullo gay está ahora mismo en plan álgido. Una muchedumbre. No hay nada que nos guste más a los tíos heterosexuales que vestirnos de tías. Un reflejo proyectado de que tal vez así podríamos entenderlas mejor. Por eso también pasa mucho con las chicas vestidas de chicos. Quiero decir con esto que en estos momentos el gimnasio de La Clínica es algo parecido al bar de la guerra de las galaxias, antes de las galaxias.
Todavía quedan muchos que llevan máscara veneciana ya que, aunque sea más gay el antifaz, tapa más. Son los que todavía no se han decidido a perder el miedo y enfrentarse con la fobia de los que creen estar debidamente reprimidos.
Acabaremos tarde. Con el concurso de salidas de armario. El que ganó el psico superman el año pasado, abriendo la puerta del armario de arriba abajo, como si fuera una lata de sardinas, con su vista calorífica. El armario era demasiado pequeño para aquel soplete, pero ganó. Aunque tardó casi dos meses en lo de los trasplantes de piel. Este año hay por lo menos treinta armarios en el escenario… promete.
Yo ya les pasé la sesión cineterapeútica para inspirarles. Más no puedo hacer. Está claro que en el mundo donde se hace cine, la cuestión cada vez se diluye más. La riqueza relaja mucho y es mejor así para las vidas, aunque se pierda intensidad argumental para las pelis.
Les hice escuchar este mp3 de los LQYTDigas sobre el tema….
Bueno, vale, me llevaré también el carro de paradas con las palas viejas.
