Un día en la vida de Sean Penn

 

Querido diario:

Muy pocos actores han hecho que los organizadores de la ceremonia de los Óscar extendieran una consigna. En 2004 la consigna era: Vigilad a Sean Penn. Una semana antes de la ceremonia, en una actuación musical en la súper-bowl estadounidense, Justin Timberlake le descubrió un pecho a Janet Jackson. El escándalo fue tan grande que se concluyó en las grandes cadenas de TV que cualquier otra ceremonia celebrada en directo a partir de entonces sería emitida en falso directo, con una diferencia entre el hecho y la emisión que permitiera censura. Había pánico a que Sean, que tenía la mayoría de las papeletas para ganar el Oscar por “Mystic River “, hiciera un discurso donde criticara a gusto la política de George W. Bush Jr. en la guerra de Irak.

Cabía la esperanza para la organización de que Sean fuera coherente con sus críticas a la Academia y a el sistema de Hollywood, y que no se presentara. Cuando se confirmó en el último momento que asistiría a la ceremonia, los nervios se dispararon. Sean Penn ganó, subió emocionado al escenario y criticó, discretamente, al usapresidente, y nadie se rasgó las vestiduras. Sean demostró que no es el radical que exponen los más conservadores de su país, y eso le hace todavía más influyente en el círculo de sus amigos y conocidos. No es tan radical como nos lo pintan y tampoco tan exigente y arisco como se lo habían pintado a Woody Allen al comenzar “Acordes y desacuerdos”. “Tenía mis reservas sobre lo de trabajar con Sean por la fama que tenía de difícil y temperamental. Juliet [Taylor, directora de reparto] y yo coincidíamos en que era un actor magnífico y no había duda de que haría maravillas con el papel. Decidí hacer mis averiguaciones sobre él, y los últimos que habían trabajado con Sean me dijeron que no era un mal tipo. Así que nos encontramos —ya lo conocía pero solo de un momento— y me pareció amabilísimo, y es que, como suele ocurrir, lo que uno oye decir sobre alguien no se corresponde con la realidad… Cuando venía con sus ideas, si yo me mostraba indiferente por el motivo que fuera —lo cual sucedía muy poco, pues en la mayoría de los casos eran buenas ideas—, no insistía. Y cuando yo venía con las mías él siempre se mostraba dispuesto a ponerlas en práctica. Podía hacerle cualquier tipo de crítica sin que eso le provocara la más mínima inseguridad”. Sean es una persona que considera que “sus asuntos” son más amplios que en la mayoría de los casos de actores de fama. Usa su imagen para apoyar causas que afectan a los derechos humanos y civiles, pero en casa es un padre y ex marido equilibrado. Sus días también tienen 24 horas que podrían ser más o menos estas...

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