"A viva voz"

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El argumento: Alzar la voz, hablar con elocuencia, construir y argumentar un discurso. Herramientas tan necesarias en la vida como apasionantes de construir. Se acerca la fecha de Eloquentia, concurso de oratoria donde jóvenes (no precisamente privilegiados) medirán sus fuerzas. En esta cuenta atrás, todo un entrenamiento en plan Rocky (pero del arte de hablar en público, y con más humor) les llevará a lo más alto de su potencial. Una emocionante carrera en la que participan desde un ex homeless, hasta una feminista musulmana, una joven que ha perdido a sus padres y otro que camina 15 kilómetros cada día para ir a clase desde su casa en el bosque. Todos ansiosos por hablar alto y claro al mundo.

Conviene ver: “A viva voz” es un nuevo ejemplo de lo bien que el cine francés se mueve a la hora de hablar de la educación y moverse entre las personajes que pueblan aulas y salas de formación. Y es que si el cine USA ha defendido siempre la bandera del “american dream” (aunque los tiempos oscuros que vive su política muestran ahora más ese desencanto), en Francia se saca pecho a la hora de poner el derecho a la educación como una igualdad de oportunidades a pesar de su multicultural y dividida sociedad. Un homenaje a la oratoria, al valor de la palabra y a cómo decirlo, así como al profesor como autoridad y estimulador de enseñanzas y de valores de futuro. Un trabajo exquisito en el que conocemos el día a día de los participantes de ese concurso en el que la voz no se luce para cantar sino para debatir, exponer ideas y resaltar puntos de encuentro, algo que narraba de una manera mucho más amable, frívola y juguetona la comedia "Una razón brillante" (2017) de Yvan Attal.

Conviene saber: Nominada al César 2018 al mejor documental.

La crítica le da un SEIS