Cine en serie: “The following”, hay una nueva secta en la ciudad
Querido Teo:
Llevamos dos semanas de despedidas y, para variar, hoy toca hablar de una serie nueva protagonizada ni más ni menos que por Kevin “Footloose” Bacon. En esta ocasión, le toca el papel de Ryan Hardy, ex agente del FBI al que piden ayuda para volver a capturar al asesino en serie que él ayudo a poner entre rejas (costándole el trabajo en el proceso, entre otras cosas), y que acaba de escapar de la cárcel. La diferencia en este caso es que el asesino cuenta con ayuda, y parece que muy numerosa.
La serie nos presenta al malo, Joe Carroll (interpretado por James Purefoy, al que vimos en “Roma”), como un profesor de literatura obsesionado con Poe que, tras publicar un libro y darse un gran batacazo, decide que su próxima obra será en un tono algo más rojo. Natalie Zea (que apareció fugazmente en la pasada temporada de “Californication”) interpreta a su ex mujer, con la que el protagonista parece haber tenido algo más que palabras de consuelo.
Se establece aquí un triángulo bastante importante para la historia, al menos de momento, y del que vamos viendo flashbacks de vez en cuando para ir rellenando los huecos de la historia (que son muchos). De hecho parece que la principal motivación de Carroll no es otra que la de vengarse de Ryan, por haberle capturado en primer lugar, y porque sospecha que su relación con Natalie no ha sido estrictamente profesional.
Un detalle importante que diferencia esta serie de otras historias de asesinos en serie es que, como su título indica, esta vez el FBI no se enfrenta a un solo hombre, sino a una especie de secta de perturbados capaces de cometer cualquier tipo de crimen que le pida el líder. La idea es que durante su estancia en prisión, Carroll ha ido reclutando seguidores, gracias a su carisma, y los ha ido posicionando cuidadosamente para que Ryan se vaya encontrando poco a poco con ellos.
En cuanto a la calidad de la serie, de momento el arranque le está costando un poco, en parte por tirar de algunos tópicos que ya tenemos muy vistos (el agente retirado y con problemas, el asesino ilustrado, los agentes que desconfían del “nuevo”...), y, en parte, también por la premisa difícil de creer de que se pueda reclutar a gente sin tener prácticamente contacto con ellos y que durante años sigan las instrucciones marcadas, incluyendo matar o morir sin hacer preguntas. Tampoco es que ninguno de los actores termine de inspirarme, en particular los tres protagonistas, que les falta un no sé qué que qué sé yo.
Pero también tiene algún detalle que podría dar juego. Ya en el primer encontronazo serio que Ryan tiene con uno de los “seguidores” (hay otro encuentro antes, pero se resuelve bastante rápido) se ve una grieta en el plan de Carroll, que por muy fieles que sean tus seguidores no dejan de ser humanos, y por lo tanto propensos a cometer errores y a seguir sus propios instintos. Lo mismo podemos decir del otro grupo de seguidores que se nos presenta al inicio, parece que además de seguir las enseñanzas del maestro tienen sus propios planes que seguir.
Otro punto interesante es el hecho de que cualquiera puede ser un seguidor de Carroll, de hecho pronto se apunta a uno de los agentes que trabajan con Ryan, aunque sin desvelar si realmente forma parte de la secta o es un truco de los guionistas para hacernos darle vueltas a la cabeza. Bien llevada, la mecánica del topo puede darle un toque más original a la serie y conseguir que al final el espectador dude de casi todos, obligándonos a fijarnos con detalle en cada episodio por si se cuela alguna pista sutil.
De momento haré como con todas las series que empiezo a ver, le daré unos cuantos episodios de margen, y luego tomaré la decisión. Por lo que leo en otras críticas, la opinión está bastante dividida aunque el consenso es que podría haber buen material para una serie de éxito, sólo hace falta trabajar un poco más con la materia prima.
P.D.: Como nota curiosa, la mayor parte de los actores principales de la serie tiene un número de Bacon de 2 (www.oracleofbacon.org).
Atentamente.
Profesor Falken