Cine en serie: "Desplazados", cambio de mentalidad sobre los refugiados

Querido Teo:

Ni "libros blancos", ni informes internacionales, ni ensayos literarios, han hecho tanto por la normalización de la homosexualidad o del autismo como la ficción. Es un hecho. Las películas y series populares afectan más al cambio de mentalidad que ninguna otra cosa. La xenofobia y el rechazo hacia los migrantes es otro sentimiento extendido que refuerza las actitudes conservadoras que estimulan el odio y el miedo al extraño. Ocurre en el pequeño pueblo donde se instala un nuevo vecino sin raíces en el lugar, y el sentimiento se refuerza proporcionalmente al aumentar la distancia geográfica y cultural.

En estos momentos se calculan más de 25 millones de refugiados en lugares diversos. Un solo campo en Bangladesh reúne a cerca de 700.000 personas, y en un campamento de Kenia viven más de 200.000. "Desplazados", la serie australiana que roza el tema centrándose en un campo de retención para migrantes en busca de asilo, tiene la cualidad de llevarnos dentro del problema sin maniqueísmo, aunque abuse del nombre y tirón de Cate Blanchett, cuya importancia en la trama es muy secundaria, pero que como productora del proyecto deseaba "llevar a la gente a repensar como estamos actuando".

El asunto fue tratado hace poco en "Hambrientos y saciados", un tratamiento ácido y surrealista digno de ser leído. La historia de "Desplazados" se inspira en La publicada por los diarios australianos The Age y The Sydney Morning Herald. Una joven australiana con problemas psicológicos acabó en un centro de retención, y la revelación de su caso llamó la atención sobre la situación de los detenidos. Se abrió una investigación para aclarar el asunto. La comisión reveló muchos errores en la forma en que funcionaba el Departamento de Inmigración. Se hicieron algunas reformas, pero eran un "lavado de cara" y en su mayoría han sido revertidas. El sistema es prácticamente el mismo que cuando la joven que protagoniza "Desplazados" fue detenida hace 15 años.

El punto de partida sigue fielmente el caso de Cornelia Rau, nacida en Alemania pero que tenía año y medio cuando su familia llegó a Australia. Su vida cambió cuando se tomó un descanso de su trabajo como azafata de una aerolínea y se metió en una secta llamada Kenja Communication.

El primer capítulo de "Desplazado" resulta algo deslavazado, desconcertante en alguna ocasión, pero avanza con solidez hasta el sexto, donde concluye con una muy buena sensación de que no hemos sido manipulados gratuitamente.

Carlos López-Tapia