Cine en serie: "El espía", el más famoso del Mossad
Querido Teo:
Eli Cohen sigue siendo el espía más famoso del Mossad, y no solo es "reverenciado" en Israel, también es honrado en el Museo Internacional del Espionaje en Washington D.C. Hace años que dos periodistas hebreos publicaron "Un espía que llegó de Israel", incluyendo el testimonio de Cohen desde su reclutamiento hasta la forma en que fue ganándose la amistad y confianza de los altos mandos sirios. La película de 1987 "El espía imposible" también está basada en su vida y ahora nos llega en forma de serie.
Se ha metido en su piel nada menos que el histriónico Sacha Baron Cohen, que deja demostrada calidad de actor desde el primer momento, sorprendiendo a quién lo pudiera juzgar exclusivamente como cómico. En "El espía" ofrece una interpretación sobria, a veces hasta seca, de un oficinista que acepta sacrificar su vida familiar y entrenarse para engañar.
El inspirador de "Homeland", que es una versión usamericana de la serie israelí "Hatufim (Prisoners of war)", es el responsable de esta historia, y no es posible saber qué porcentaje de ficción y realidad se mezclan al reflejar, por ejemplo, una leyenda que la inteligencia de Israel nunca ha desmentido ni confirmado: Cohen se las ingenió para visitar las fortificaciones de los Altos del Golán, recomendó plantar eucaliptos junto a los búnkeres y morteros para que sirvieran de cobertura. Pasó la información a “La Oficina”, y los bombarderos de Israel habrían seguido los árboles anulando con facilidad las fortificaciones sirias en la Guerra de los Seis Días.
La serie comienza en Tel Aviv en 1959, cuando Coen es "invitado" a recibir entrenamiento para sumarse al Mossad. Dotado de la cobertura necesaria, tras un año en Argentina se traslada a Damasco, donde experimentará la dificultad de mantener su otro yo. La tensión predomina sobre la acción, el trabajo silencioso sobre los gestos espectaculares. Es un mundo de morse y onda corta, de microfilmes y mensajes cifrados sencillos, donde se salva la vida con habilidades psicológicas más que técnicas.
Aunque nació en Alejandría, Eli Cohen era judío y había tomado parte en actividades pro-Israel cuando le llegó la carta del Mossad para convertirlo en un árabe que regresaba a la patria siria después de hacer una gran fortuna en Buenos Aires. Supo ganarse la confianza del ejército y hasta se lo consideró una opción para formar parte del gobierno al más alto nivel. Según su hermano Maurice, Eli estaba el tercero en la lista de sucesión para la presidencia de Siria cuando lo descubrieron.
Una miniserie de seis capítulos que refleja bien el momento histórico y sabe mantener el interés y la tensión sin recurrir a oleadas de efectos especiales ni a la carpintería clásica en este tipo de historias. "El espía" debe más a Le Carré que a James Bond.
Carlos López-Tapia
TUVE LA SUERTE DE LEER EL LIBRO Y ME DEJO FASCINADO