Cine en serie: "Inundación", catástrofe natural

Querido Teo:

Pocos visitantes llegan a saber que cuando su vuelo aterriza en el aeropuerto de Ámsterdam están a cuatro metros por debajo del nivel del mar. En veinte minutos se llega a la provincia de Flevoland, que es un poco más grande que la isla de Gran Canaria. Está hasta cinco metros bajo el nivel del mar. Toda su superficie era lecho marino. Hoy no sólo es uno de los graneros principales de Holanda y Europa, sino que artistas, ingenieros, arquitectos y toda clase de emprendedores la han convertido en la región donde se prueban y experimentan diseños y técnicas novedosas. El 60% de este país es inundable, el 50% está un metro por debajo del mar, y hay zonas a siete metros. El viajero nunca sabe si anda por tierra firme, islas, o tierra ganada al mar.

Cuando aquí se emplea la palabra "De watersnood (La inundación)”, sin añadir más, todos saben que se habla de la noche del 31 de Enero al 1 de Febrero de 1953. Se rompieron esa noche varios diques. Murieron casi 2.000 personas y 200.000 cabezas de ganado. La fecha se conmemora todavía y responde a la pesadilla cotidiana, siempre presente, que inspira esta serie de televisión.

La inundación de 1953 hizo que los holandeses fueran los primeros en estudiar lo que conocemos hoy como el “efecto mariposa” porque, desde hace décadas, tienen un observatorio climatológico permanente en el que analizan el posible impacto en sus costas de un terremoto en América del Sur o un huracán caribeño. Ocurre cada muchos años, pero ocurre que una combinación fatal de tormentas, lluvias y viento pueden repetirse, y es el punto de partida de la historia que nos cuenta la serie.

Uno de los lugares más "civilizados" del planeta se ve completamente superado por la reconquista del mar en pocas horas. Una adolescente queda boquiabierta al saber que le espera un campo de refugiados; un padre y su hija se salvan encaramándose en una torre de alta tensión como pájaros; un anciano artista cansado de vivir tendrá que proteger a una niña; una prisión queda como una isla en medio del mar. Es fácil imaginar lo que ocurriría si los portales y los primeros pisos de nuestras casas se vieran cubiertos por el agua. Lo extraordinario y chocante de las imágenes de una ciudad semisumergida ha contribuido al éxito de la historia que nos cuenta “Inundación” en Sundance TV.

La serie parte de un hecho innegable: es prácticamente imposible evacuar en poco tiempo a toda la población que vive con este riesgo. Hay otro hecho más, toda la zona se hunde poco a poco y el cambio climático anuncia mareas crecientes y tormentas más intensas. La última gran evacuación la protagonizaron 100.000 personas en 1995.

Frente a las series catastróficas futuristas que llenan con regularidad la pantalla, “Inundación” resulta inquietante por realista pero, como enseña la experiencia, surge en estos casos lo peor y lo mejor de los humanos.

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Carlos López-Tapia