Cine en serie: "Muerte en Salisbury", la amenaza química

Querido Teo:

La televisión británica no ha tardado en convertir en una serie de cuatro capítulos lo ocurrido hace un par de años en Salisbury. Un hombre y su hija se sentaron en un banco de un parque y ya no pudieron levantarse. El hombre era un topo de la inteligencia británica en Moscú. Vivía discretamente en Salisbury, sin que la policía local supiera de su existencia.

El gas nervioso utilizado en el intento de asesinato era el Novichok, nombre que define a un grupo de agentes nerviosos avanzados y desarrollados por la Unión Soviética en las décadas de 1970 y 1980. Provocó una alerta de contaminación, contagiados, la intervención del ejército, el aislamiento del centro de una ciudad tranquila de menos de cincuenta mil habitantes.

La serie dramatiza los hechos con sobriedad, basándose en los informes oficiales no reservados, entrevistas y las informaciones de los medios, que pusieron a Salisbury en un peligro cuya gravedad era muy difícil de prever.

Hace solo dos meses que Alemania anunció que el mismo agente se había utilizado para intentar matar al opositor ruso Alexei Navalny, el mayor crítico de Putin en Rusia, y que fue ingresado de gravedad por envenenamiento en un hospital de Berlín. El atentado se produjo aprovechando el vuelo donde viajaba el opositor, que tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad siberiana de Omsk.

El gobierno alemán, condenó el ataque y le pidió a Rusia explicaciones; mientras que lo ocurrido en Salisbury provocó una crisis diplomática entre Londres y Moscú que se saldó con sanciones a Rusia y la mayor expulsión de diplomáticos desde la II Guerra Mundial.

Todavía es un caso sin aclarar, aunque con sospechosos evidentes, así que la serie se centra en las horas y días que siguieron a la alerta máxima que incluyó la presencia del ejército y mostró la enorme dificultad del rastreo de una contaminación de este tipo. Como es obvio, la situación actual aproxima mucho a cualquier espectador a lo que se muestra en la pantalla.

Para lograr esa aproximación se necesitaron decenas de entrevistas con testigos y familiares. Los productores se ganaron su confianza asegurándoles su voluntad de fidelidad sin sensacionalismo, y eso coloca a la serie fuera de la acción de la ficción. En las declaraciones promocionales se incide sobre este aspecto. "Las consultas a las personas reales siguieron durante las reescrituras e incluso la producción… "Cuando pensábamos que igual era necesario tomarse una licencia dramática, siempre hablábamos antes con la gente. '¿Esta otra opción se parece a la realidad, aunque no sea exactamente igual?' '¿Le parecería correcto explicarlo así?'".

"Muerte en Salisbury" se ve de otra manera en pandemia, y subraya la nobleza de algunas actuaciones con las que estamos conviviendo. En España está disponible en Movistar+.

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Carlos López-Tapia