Conexión Oscar 2020: Las 15 mejores interpretaciones del Festival de Toronto

Conexión Oscar 2020: Las 15 mejores interpretaciones del Festival de Toronto

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Querido Teo:

No todas serán interpretaciones refrendadas con una nominación al Oscar pero en verdad ni falta que hace. Son 15 interpretaciones especialmente destacadas de un Festival de Toronto 2019 que ha arrojado un gran nivel actoral en esta edición.

15º Lucas Hedges (Honey boy)

Es uno de los actores del momento y ha presentado cinco películas en los últimos dos años en Toronto. Tras “Identidad borrada”, “El regreso de Ben” y “En los 90” ahora ha sido el turno de “Honey boy” y “Un momento en el tiempo (Waves)”. Nos podríamos haber quedado con cualquiera de los dos trabajos ya que en la cinta de Trey Edward Shults es el alma de la segunda parte de la cinta como un joven que ayuda a sacar adelante a la deprimida hija adolescente de la familia protagonista. Si en esta cinta es la luz en una película que se adentra en galerías oscuras de la complejidad humana, en “Honey boy” es el alter-ego de un Shia LaBeouf veinteañero que sufre el desenfreno de la fama y vive condenado por la relación tóxica mantenida con su padre. Es en esos momentos de vulnerabilidad y descenso a los infiernos cuando Lucas Hedges demuestra su naturalidad, empatía y cómo es capaz de hacer fácil lo difícil.

14º Roman Griffin Davis (Jojo Rabbit)

Taika Waititi se ha hecho con un gran reparto para “Jojo Rabbit”, todos ellos impecables, a favor de obra y con un gran timing cómico, pero el que destaca sobremanera es el debutante Roman Griffin Davis, un despierto niño que vive en la Alemania marcada por el nazismo entre sus problemas en el campamento de juventudes nazis al que asiste y el descubrimiento de que su madre guarda a una niña judía en el ático. Empatía, ternura y frescura para una de esas interpretaciones infantiles en las que la espontaneidad y la intuición gana sobremanera a cualquier otro detalle.

13º Sterling K. Brown (Un momento en el tiempo (Waves))

El que es uno de los grandes actores del momento (ganador del Emmy por diferentes proyectos televisivos en 2017 y 2018) ha encontrado ahora el primer trabajo cinematográfico que le hace justifica. Sin ser protagonista, ni destacar por encima de un reparto coral perfectamente engrasado, el Ronald al que interpreta en “Un momento en el tiempo (Waves)” tiene toda la fuerza del padre de familia protector con la desesperación de ver como la vida que ha construido con sus hijos pende de un hilo tras el paso de la adolescencia de ellos abriéndose al amor y a todas sus complejidades. Demostrando una gran química con su mujer en la cinta, Renée Elise Goldsberry, Brown transmite verdad desmontando todos los tópicos del padre de familia USA de clase media al que la televisión y el cine nos ha tenido acostumbrados.

12º Matthew Rhys (Un amigo extraordinario)

Ganador del Emmy en 2018 por “The americans” Matthew Rhys cumple la máxima de que no hay nada como rodar al lado de Tom Hanks para brillar sobremanera. Pero es que este actor galés ya nos ha demostrado que confiar en él es garantía. El viaje emocional de la película corresponde a un Rhys que recibe el encargo de llevar a cabo un reportaje sobre la figura icónica del presentador televisivo Fred Rogers, viajando del escepticismo hacia el personaje y el cinismo marcado por una compleja relación con su padre a abrirse al mundo de los sentimientos, descubrirse a sí mismo, liberarse y ganar la capacidad para decir te quiero y valorar las pequeñas cosas de la vida recuperando esa imaginación perdida y capacidad de soñar propia de la infancia. Un trabajo en él que sólo por la escena en la que tiene que aguantar fijamente la mirada a Hanks, o en la que sueña que acaba participando en el show del propio Rogers, demuestran la calidad de su interpretación.

11º Mei Kayama (37 seconds)

“37 seconds” es una historia de iniciación resultona y llena de ternura y fábula sobre una joven con parálisis cerebral que descubre que será mejor artista (trabaja como ayudante para una diseñadora de mangas y youtuber que le arrincona y sólo cuenta con ella para hacerle el trabajo sucio) simplemente abriéndose a la vida venciendo las dificultades físicas de su condición, la condescendencia de unos y la sobreprotección de otros lo que le llevará a conocer nuevas personas, sensaciones, retos profesionales y su propio origen familiar (a lo que hace referencia el título) llevándole a lugares y límites que nunca hubiera sospechado superar. Una cinta sensible pero no tonta que llena de humanidad pero también de verdad (sin edulcorantes que convirtieran a este personaje en una heroína frente a intransigentes arquetípicos) una trama sencilla pero bien hilvanada sostenida en todo momento por el alma de la cinta, que no es otra que la protagonista Mei Kayama que aborda su personaje con el encanto, una sonrisa que desarma, determinación y el realismo de ella también padecer esta discapacidad.

10º Shia LaBeouf (Honey boy)

“Honey boy” es una valiente, potente y demoledora catarsis por parte de Shia LaBeouf, sensible o dura según tenga que serlo en cada momento, sobre lo que han sido sus propias vivencias como juguete roto tras una niñez y juventud absorbida por una industria deshumanizada y un padre tóxico, del que es a la vez dependiente pero que también le genera una mala referencia para el futuro. Es innegable que LaBeouf con este trabajo pretende reivindicarse a todos los niveles y, como el protagonista de la película, partiendo de esa clínica de desintoxicación que él frecuentó y en la que este proyecto surgió como terapia, intenta fortalecerse emergiendo de su pasado para que sea valorado como el artista y creador que aspira a ser alejado de sus excentricidades, borracheras y años de fama en la saga de “Transformers”. Shia LaBeouf se permite brillar como actor tirando de caracterización y sustentando la fuerza de la cinta en los diálogos e interacciones que mantiene él como padre con su hijo logrando hacer auténtica esa compleja relación, entre vicios, melancolías, sentimiento de fracaso y la ambivalencia de lo que es quererse pero también dañarse, y que él ahora desde el cine siente desde el otro lado.

9º Luca Marinelli (Martin Eden)

Un torrencial Luca Marinelli (mejor actor en el Festival de Venecia) interpreta al marinero que prueba las mieles de la clase alta desde la marginalidad satisfaciendo sus ínfulas de escritor e ideas sociales aprovechándose de su privilegiada situación sobre una subyugante puesta en escena que tira de apabullantes recursos visuales, analogías y simbolismos y material de archivo, todos con gran valor poético, nostálgico y evocador, para dar consistencia a la historia que homenajea a la clase obrera napolitana entre pasado y presente con mensaje socialista, que torpedea ante la excesiva interpretación de un verborreico intérprete que se aprovecha de un lirismo hipnótico y de la carga que tiene una historia en la que entre triángulos amorosos, devaneos políticos y lucha por los ideales y la dignidad reinventa el clásico literario en una historia en la que el arribismo es la vía que encuentra el protagonista para que su voz, ante la oportunidad que le ha sido brindada, sea oída. Una interpretación que puede pecar de estridente pero en la que el actor pone toda la carne en el asador para captar la evolución y complejidad de un personaje que casi no se soporta ni a sí mismo.

8º Adam Driver (Historia de un matrimonio)

Adam Driver y Scarlett Johansson no pueden estar mejor dando humanidad y hondura a unos personajes complejos, ambivalentes y temerosos de lo que está por venir con momentos de lucimiento para ambos ya que ambos aúnan momentos de egoísmo por haber minado la relación pero también otros en los que despiertan compasión. Es de alabar como Baumbach maneja con brío y frescura la relación entre los personajes, y es que en otros títulos de su filmografía las ínfulas indies coartaban en cierta manera las relaciones entre ellos llegando en ocasiones a la petulancia, pero aquí el timing actoral de los actores funciona de manera milimetrada tanto en el gesto, el equívoco y la réplica como se puede ver en esa escena en la que entran en juego la madre y la hermana del personaje de Scarlett Johansson cuando está a punto de llegar el de Driver o cuando éste tiene una herida en el brazo en la visita de una asistente. Aunque la actriz alcanza uno de sus trabajos más complejos y redondos, y es que hacía tiempo que no se le veía tan bien casi desde el principio de su carrera, Adam Driver puede lucirse metiéndose al público en el bolsillo incluso con el número de Being alive del musical “Company” que resuelve con magisterio y que no está puesto por casualidad porque es esa soledad y ese punto de inflexión en su vida en la que todo lo que ha construido amenaza con dinamitarse, aunque también tenga un momento con su hijo entre sollozos que conmueve al espectador con suma naturalidad y verdad. Una película que reivindica a Adam Driver como uno de los mejores de su generación.

7º Kelvin Harrison Jr. (Un momento en el tiempo (Waves))

Kelvin Harrison Jr. es el joven protagonista en el que la película pone el foco en la primera parte de la misma. El típico adolescente negro que disfruta saliendo con sus amigos y que es volteado por el amor de una manera que le llevará a madurar pero también a un devenir con consecuencias imprevisibles. “Un momento en el tiempo (Waves)” es un drama sobre el amor adolescente, tan puro y reparador como imprevisible y doloroso. Toda una experiencia que arrolla a lo largo de un visionado que no deja indiferente ante una propuesta con mucha más hondura emocional y miga psicológica de la que se podría esperar para una tercera película de un director de sólo 31 años y que hasta ahora sólo había explorado el género de terror. Harrison Jr. podría ser uno de los personajes de “Así nos ven”, la serie limitada de Netflix, uno de esos personajes noqueados por los golpes de la vida casi sin tener margen de reacción para poder evitarlo.

6º Tom Hanks (Un amigo extraordinario)

Marielle Heller sigue cuidando el guión y los actores de una película vintage en estética y tono naif (introduciéndose en el universo de Rogers) pero universal para todos aquellos que, de mejor o peor manera, han dejado atrás su infancia y necesitan recuperar la capacidad de imaginar y, sobre todo, ser feliz. No se entiende el trabajo de Hanks si no se hace en versión original, con un alarde vocal exquisito para captar el tono tranquilo, suave, persuasivo y consolador de Rogers, transmitiendo su bonhomía, nobleza y casi siendo como el ángel que en “Qué bello es vivir” devolvía a la fe en su mismo al bueno de George Bailey, ese hombre que tanto había hecho por los demás en vez de preocuparse por sí mismo. Es lo mismo que le pasaba a un Rogers sobre el que se rodeaba una aureola de magia, cariño y respeto que se traduce en una estupenda escena en la que los dos personajes viajan en metro y poco a poco se contagia entre los pasajeros el tema de cabecera de su espacio. Con voz dulce, movimientos rítmicos y mirada pura el personaje que aborda Hanks, y sus conversaciones reparadoras con ese confuso periodista, llevan a la película a sus mejores momentos demostrando la maestría de Hanks creando un personaje sin dobleces, que casi levita por encima del suelo, y que nos hace plantearnos las pequeñas cosas importantes de la vida y la necesidad de seguir teniendo sueños a cualquier edad.

5º Tilda Cobham-Hervey (I am woman)

Muy disfrutable el biopic de la cantante australiana y activista de los derechos de las mujeres Helen Reddy a través de su música y su vida “I am woman” que coge el título de la canción más representativa de su catálogo y fundamental de la música de los 60 y 70. Una manera de recuperar a una estrella olvidada a pesar de ser la primera cantante australiana en ganar un Grammy y al que le pone rostro y figura Tilda Cobham-Hervey, caracterizándola de una manera que se antoja real a la hora de mostrarnos a través de ella también el paso del tiempo y el cambio de rol que le lleva de ser una madre soltera sumisa, con una hija pequeña y que actúa de manera aficionada en garitos de su país de origen, a una mujer determinada, que se casa con el manager Jeff Wald y que entre los dos forman al icono y a una voz inspiradora todavía hoy para muchas mujeres con sus temas. Un biopic de manual tan formulaico como modélico aprovechándose del atractivo que siempre tienen en pantalla estas historias conociendo al humano y tiovivos que hay detrás de la carrera de una estrella y, especialmente, el contexto de una época que pasa del machismo de los 60 al hecho de que la voz de las mujeres comenzara a ser escuchada con canciones símbolo como la que da título y con una Cobham-Hervey a la que nos creemos en su ascenso a la fama y como abanderada del movimiento femenino a través del paso de las décadas.

4º Robert Pattinson (El faro)

El duelo de Robert Pattinson y Willem Dafoe es para poner en escuelas y digno de películas en los que se exige algo más que una buena interpretación para transmitir al espectador y enfrentarse a otro titán interpretativo. Es transpirar de una manera tan técnica como irracional que es lo que convierte al actor en un animal de la escena, rol al que los personajes van derivando y que exige un esfuerzo y un dominio de los tempos, las miradas, el tono de las palabras y la expresividad del cuerpo entre el equilibrio y la rotundidad, algo que se plasma en el viaje psicológico del personaje de Robert Pattinson (por si a alguno le quedaba duda de la estupenda carrera que está teniendo a sus espaldas) y en la presencia de un Willem Dafoe que atesora en este personaje su presencia actoral aumentada en este caso por la vena asalvajada, excéntrica e imprevisible propia de un Klaus Kinski. El tono bizarro de género que adopta una cinta angosta tanto en tratado psicológico como en pulcritud y exquisitez fílmica quizás le haga ser algo esquiva para los grandes premios pero el duelo en el que se ven inmersos Pattinson y Dafoe entra en la antología interpretativa vista en no muchas ocasiones y que se puede comparar con los recitales de “La huella” (1972) o “The master” (2012) y que ya dieron sendas nominaciones al Oscar a sus actores.

3º Noah Jupe (Honey boy)

Noah Jupe es uno de esos talentos naturales que nos trae el cine. Si ya en “Wonder” y “Un lugar tranquilo” desarmaba irradiando carisma y encanto es ahora con “Honey boy” y “Le Mans 66” cuando se ha revelado como un gran actor. En la película de James Mangold se lleva para sí el peso emocional de la cinta con su arrebatador final, pero es en “Honey boy” dónde brilla en las réplicas junto al padre que interpreta Shia LaBeouf. Una relación tóxica de dos personajes dependientes, un padre y un hijo que a pesar del daño que se hacen no pueden tampoco vivir el uno sin el otro ante la admiración y el cariño que se profesan. Noah Jupe es el rostro de la inocencia que se va perdiendo a golpes sobre un guión nacido de las experiencia de su propia vida, especialmente la relación mantenida con su padre, un alcohólico y drogadicto abusador veterano de la Guerra de Vietnam que no quería más que sacar tajada de la fama de su hijo mientras malvivía como payaso en espectáculos de rodeo. Habrá que ver cómo sigue creciendo pero Noah Jupe parece haber llegado para quedarse.

2º Renée Zellweger (Judy)

“Judy” no sería lo mismo sin el increíble el trabajo de Renée Zellweger que muta en Judy Garland en cada borrachera, atisbo de genialidad y deseo de volver a enamorar tanto a su público como a ella misma. Una actriz que ha probado los sinsabores del desfavor del público con más de una década de carrera errática y de críticas y burlas en los medios ante los estragos de las operaciones de estética en su rostro. Tras seis años sin estar en ninguna película, en 2016 volvió a asomar por el cine siendo su trabajo en “Judy” su verdadero y necesario comeback para una actriz que estaba en la cresta de la ola a finales de los 90 y principios de los años 2000. La Garland de Zellweger mantiene su dignidad a pesar de la mochila que tiene a su espalda, dos hijos a los que no ve cuánto quisiera, peleas con su manager y un Londres que asiste entre admirado, indignado y con estupor al hecho de en qué estado se encontrarán con la diva en cada noche de concierto. La actriz canta ella misma los tres números que tiene en la película y en cada uno de ellos la baza de su interpretación es primero no imitar la calidad vocal de la Garland (aunque ella no desmerezca en absoluto y lo aborde con personalidad) y segundo el que cada uno de ellos sea enfocado de una manera diferente debido a que también lo es el estado en que se encuentra en cada momento la artista, tanto a nivel de ánimo como de alcohol en el cuerpo. La cinta lo apuesta todo a este as en la manga lo que lleva al trabajo de Zellweger a estar muy por encima del nivel general de la película.

1º Joaquin Phoenix (Joker)

Como si en cierta manera recuperara su personaje de “En realidad, nunca estuviste aquí”, Joaquin Phoenix vuelve a ser un personaje solitario y con problemas que malvive con una madre enferma. Es un aspirante a cómico que lo máximo a lo que ha podido llegar es a ser un payaso de poca monta en shows infantiles aprovechándose de una risa de hiena característica, llamativa y punzante, fruto de un trastorno de personalidad detectado. Fascinado por los oropeles de la stand-up comedy y del sistema de entretenimiento televisivo (con un show presentado por Robert De Niro recordando a su personaje de “El rey de la comedia”) pasa sus días ese Arthur Fleck que deambula entre reproches y ataques de los demás que, sólo en el mejor de los casos, es simplemente desdén creyéndose él que puede aportar al mundo más talento de lo que tiene en realidad ensayando frente al espejo incluso movimientos para una hipotética entrevista televisiva en su show favorito. Con este panorama, y atravesando una ciudad de Nueva York plomiza y en permanente inestabilidad, con la violencia callejera y el odio racial como paisaje del hábitat natural, la cinta nos lleva a través del viraje de este tipo que, al igual que el Travis Bickle de “Taxi driver”, quiere ver el mundo arder (al menos desde su pensamiento interior) hasta que un hecho que se le va de las manos destapa todo lo que hay debajo de este enfermo mental asocial caldo de cultivo para la violencia y la destrucción. Verlo en la película no es sólo un espectáculo sino una de las mejores interpretaciones que se han podido ver en el cine, no dando vida al villano de Batman, sino a un hombre maltrecho emocionalmente en su abismo hacia la locura y hacia las contrapuertas del infierno del mal.

Nacho Gonzalo

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Pedro
Pedro
4 años atrás

3 mujeres de 15... no parece haber sido un gran festival a nivel de interpretación femenina.

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