"Dom Hemingway"

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El argumento: Jude Law interpreta a Dom Hemingway, un hábil y arrogante ladrón de cajas fuertes, que también es muy listo, está muy perturbado y rebosa una exultante energía. Después de doce años en prisión, Dom, acompañado de su compinche Dickie, se dispone a cobrar lo que le deben por mantener la boca cerrada y no delatar a su jefe, Mr. Fontaine. Tras sentir muy cerca la muerte, Dom intenta recuperar el contacto con su hija, de la que se ha distanciado, pero pronto se ve de nuevo inmerso en el único mundo que conoce, con el fin de saldar la última deuda.

Conviene ver: A Jude Law, con su carrera de altibajos, pero perlada de buenos papeles, se le podría achacar la falta de personajes “locos”, atrevidos o caraduras. Pues bien, viendo "Dom Hemingway" podría parecer que el actor ha decidido sacar su lado más perturbado y concedernos un papel diferente, frenético, incluso histérico, que convierte a la película en una experiencia entretenida, con momentos brillantes y que, sin embargo, resulta algo desigual. Algo que no se convierte en un problema, puesto que la película no traza circunloquios innecesarios, no alarga de forma innecesaria las escenas y se mueve en ese estilo de cine británico rápido, gamberro y transgresor que inició “Trainspotting” y que han pulido los hermanos McDonagh o hemos visto en cintas todavía inéditas por aquí como “Filth” con James McAvoy. Se ve claro por donde quiere ir pero su problema es que le falta energía y entretenimiento propio de un guión poco afortunado que no logra tener chispa, así como la relación paterno-filial bastante obvia con Emilia Clarke como hija del personaje de Law por el que tuvo que ganar el actor 13 kilos de peso. Al final, y cayendo en la exultante locura que destila Law y una potente banda sonora, podríamos decir que lo bueno, si breve, Dom veces bueno.

Conviene saber: El director y guionista es Richard Shepard, responsable de “Matador” (2005) o “La sombra del cazador” (2007).

La crítica le da un CINCO