El cine más erótico: "El beso de la pantera", licantropía felina

Querido Teo:

“El beso de la pantera” es una de las películas más turbadoras de los 80 por todo lo que tiene de sexual y sádica. En ella la joven Irena Gallier viaja a Nueva Orleáns para reencontrarse con su hermano Paul, al que no ve desde hace mucho tiempo. En paralelo a esto, conoce a Oliver, un veterinario del zoológico local, con el que comienza una relación amorosa. Lo que Irena no sabe es que tanto ella como su hermano pertenecen a una raza milenaria de “gente felina”, que sólo pueden mantener relaciones sexuales con otros miembros de su mismo clan. La cinta de Paul Schrader es un remake del clásico “La mujer pantera” (1942) de Jacques Tourneur. Todo lo que tenía aquella de sugerente aquí queda destapado gracias a la sensualidad de su protagonista.

Nasstasja Kinski venía del triunfo de “Tess” de Polanski al igual que Schrader se había marcado un buen tanto con “American gigoló”. Kinski estaba en el esplendor de una belleza que ya había sido avistada en “Corazonada” o “París, Texas” poniéndose al servicio de un rollo licantrópico muy en moda aquellos primeros años 80 con “Aullidos”, “Un hombre lobo americano en París” o “En compañía de lobos”. “El beso de la pantera” muestra todo lo que en la película de Tourneur sólo se intuía. Una protagonista con aspecto virginal y ambigüedad racial en su interior, su sádico hermano asesino de prostitutas y el amante de la protagonista, alguien atraído más por ese lado felino que por el convencional.

La fotografía ayuda a aumentar la sensación de inquietud con sus tonos rojizos apagados en una fotografía crepuscular que ambientan la historia en Nueva Orleáns y en la que se reflejan algunos de los temas fundamentales del director como las relaciones sadomasoquistas o la violencia sexual mostrada aquí a través de arañazos y mordiscos. “El beso de la pantera” tiene alguna escena gratuita y molesta de ver como la autopsia de la pantera pero posteriormente pasa a ser una correlación de escenas eléctricas e impactantes en las que el deseo animal se desata totalmente con el tema principal de David Bowie de fondo. Todo ello con una Nasstasja Kinski de pelo corto que provoca que el espectador se sienta tanto atraído como aterrorizado por ella. 

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Nacho Gonzalo (Coronado)