"Envidia sana"

La web oficial.

El argumento: Léa, Marc, Karine y Francis son dos parejas de amigos de toda la vida. El marido machista, la novia chillona... Todos ocupan su lugar en el grupo. La armonía rompe el día en que Lea, la más discreta de todos, les comenta que está escribiendo una novela que se convierte en un éxito de ventas.

Conviene ver: “Envidia sana” es pura efectividad francesa, la de ese cine que sin grandes alardes te arregla una tarde de tedio. No es que esté especialmente inspirada pero sí que es verdad que entronca siempre de manera certera con buena parte del modo de vida contemporáneo. En esta ocasión dos parejas de amigos de toda la vida, que comparten confidencias a lo largo de los años, y que ven cambiar la dinámica de la relación no porque haya algún cruce de parejas o similar sino por el hecho de que una de ellos pase de ser vendedora en una tienda de ropa en una galería comercial a convertirse en escritora de éxito con su primera novela, lo que trastocará el rol que cada uno tenía asumido y la imagen que trasladaba a los demás acrecentándose ese sentimiento tan genérico de alegrarse (pero hasta cierto punto) por el bien de los demás cuando tú, en buena parte, no has podido cumplir los sueños que tenías. Una situación que lleva no sólo a la insatisfacción continúa sino al hecho de pretender ser el artista o creador que uno, por mucho que se empeñe, no es. Es algo que afectará especialmente a su marido (que comienza a sentirse inferior al no ascender en su empresa de aluminio y se molesta por el interés que su mujer despierta en los demás) y su mejor amiga que tiene que manejar los celos que siente (y no reconoce) acusando a la prometedora escritora de que ella es la que ha cambiando cuando los que lo han hecho ha sido su entorno y no dudando en mostrarse escéptica con el hecho de que los demás valoren la obra de su amiga, lo cual ella no entiende más allá de esa "mujer de azul" que ella le brindó como idea y que sólo ocupa una línea en el libro. Eso llevará a que si bien una va ascendiendo meteóricamente en la escena literaria los demás intenten emularla fracasando y buscando un don que no poseen bien sea en la literatura, la escultura, el cultivo de bonsáis, el deporte o la cocina, tropezándose continuamente y acrecentando su rabia e infelicidad intentando ser lo que no son. Más oscura y menos humorística de lo que podría aparentar, “Envidia sana” no molesta pero tampoco entusiasma siendo intrascendente pero se ve bien a pesar de no ser divertida y tirando de recursos muy teatrales por como jugar con humor y sátira sobre los pensamientos más ocultos de una sociedad burguesa que quiere tenerlo todo y que con una sonrisa de fachada no se explica como los demás tienen el talento o el éxito que ni ellos añoraban ni querían hasta ese momento. La levantan las interacciones de Bérénice Bejo, Vincent Cassel, François Damiens y Florence Foresti, un cuarteto estupendo empático y con vis cómica, y cómo plantea al espectador el hecho de hasta qué punto se vería influido si en su entorno alguien encontrara la fama o se hiciera millonario de repente mientras el otro tiene que resignarse a ser testigo pero no vivir la sensación vertiginosa del éxito en primera persona.

Conviene saber: Es el nuevo trabajo de Daniel Cohen (“Les deux mondes”, “El chef, la receta de la felicidad”).

La crítica le da un CINCO