In Memoriam: Robert Boyle, el director artístico de Hitchcock

Querido Teo:

Ha muerto un icono hollywoodiense en la producción de películas. Robert F. Boyle. Que pena que más de uno pusiera un gesto de extrañeza cuando le fue concedido hace dos años el Oscar honorífico por toda su trayectoria. La misma extrañeza que provoca que su muerte prácticamente no aparezca recogida en ningún medio a pesar de su gran influencia en el cine en general y en el mundo de Hitchcock en particular. Lo ha hecho a los 100 años en el hospital Cedars Sinai de Los Angeles por causas naturales. Ganador de un Oscar honorífico, este director de arte estuvo cuatro veces nominado a la estatuilla por “Con la muerte en los talones” (1960), “Los locos años de Chicago” (1970), “El violinista en el tejado” (1972) y “El último pistolero” (1977).

Boyle murió el pasado domingo por causas naturales después de haber pasado dos días ingresado en el hospital Cedars Sinai de Los Angeles. Durante su brillante carrera profesional, que abarca algo más de 60 largos años, ha colaborado con directores de la talla de Alfred Hitchcock, Norman Jewison, Hal Ashby, Arthur Hiller y Don Siegel. Hitchcock le dio su mayor empujón profesional en 1941 cuando le contrató como director de arte para “Sabotaje”. En cuanto al diseño de producción, Boyle se reencontró con Alfred Hitchcock en "Con la muerte en los talones", “Los pájaros” y “Marnie la ladrona” contribuyendo a dibujar el estilo hitchcockniano tan reconocible hoy en día. Con más de 90 películas a sus espaldas, y en 1997, el Gremio de Directores Artísticos le otorgó un premio en reconocimiento a toda su trayectoria. Además, hace nueve años, fue galardonado con el premio de Director artístico del año por el Festival de Cine de Hollywood. Pero, sin lugar a dudas, su mayor reconocimiento le llegó en 2008 cuando la Academia de las Artes y las Ciencias de Hollywood le concedió el Oscar honorífico, el más longevo de la Historia.

El veterano director artístico comenzó trabajando como arquitecto en el Hollywood de los años 30 construyendo los decorados de algunas grandes superproducciones de la época. Con la llegada de la Gran Depresión, tuvo que subsistir participando como extra hasta que la Paramount se fijó en él y le convirtió en el primer director artístico fichado en exclusiva por un gran Estudio. Allí realizó destacados trabajos hasta que fichó por la Universal en los años 40, Estudio bajo el que desarrollaría a partir de ese momento toda su carrera. Para Sid Ganis, presidente de la Academia en 2008, Boyle es un buen ejemplo del hombre que se hizo así mismo gracias a una pasión que nunca le abandonó, la de recrear los decorados y las ambientaciones de esa fábrica de sueños llamada cine.

Nacho Gonzalo (Coronado)