"Invitación de boda (Wajib)"

La web oficial.

El argumento: Abu Shadi, de 60 años, vive en Nazareth, y es padre divorciado y profesor de escuela. Su hija se va a casar y Abu tiene que vivir solo hasta que su hijo, un arquitecto que vive en Roma desde hace muchos años, llegue para ayudarlo con la preparación de la boda. Como exige la tradición palestina local, tienen que entregar la invitación a cada invitado personalmente. Mientras padre e hijo, apenas unos desconocidos, pasan unos días juntos, su frágil relación se verá puesta a prueba.

Conviene ver: “Invitación de boda (Wajib)” es una cinta que se adentra en la realidad Palestina desde una mirada costumbrista y tierna, a pesar de las dificultades. Como hacía Jafar Panahi con las personas que subían a su vehículo en “Taxi Teherán”, aquí asistimos a una road movie en la que un padre y un hijo (que también lo son en la vida real) recorren la ciudad para entregar las invitaciones del enlace de su hija puerta a puerta. Y es que aunque la premisa es interesante, finalmente termina siendo reiterativa y poco concluyente entre visita y visita y las discusiones y convivencias en coche del padre y el hijo que, por otro lado, están marcados por la distancia geográfica, cultural y de edad, algo que se refleja en la hora de expresarse y abordar las distintas situaciones, así como en discutir sobre ropa o música, en este fresco de pequeñas historias y familias abordadas con cotidianidad, costumbrismo y resignación entre reproches, sacrificios entre ellos y, sobre todo, un amor patente que se manifiestan los personajes a pesar de todas las vicisitudes de una vida compleja en un entorno turbulento en el que, en ocasiones, para ser feliz y salir hacia adelante hay que agachar la cabeza y doblegarse, algo a lo que no están dispuestos las nuevas generaciones. Y es que la moraleja queda clara con su sencillez casi voyeurista en esas conversaciones tan auténticas y sin cortapisas en las que subyace el hecho de esa emigración obligada por parte del hijo y el evidente cambio de prisma con el que ve ahora su lugar de origen tras probar nuevos aires en Europa frente a un padre que siempre ha visto la mayor seguridad para su familia en hacer lo correcto y bien visto por las autoridades. Las diferencias y fracturas de la sociedad palestina (en un núcleo local en Israel como es Nazareth) y la necesidad de unión, canto que enarbola la directora Annemarie Jacir que se convirtió en la primera directora de su país con “La sal de este mar” en 2008.

Conviene saber: Seleccionada por Palestina para optar al Oscar 2018 a la mejor película de habla no inglesa.

La crítica le da un SEIS