"La pantalla épica. Los héroes de la antigüedad vistos por el cine"

A mediados de los años sesenta del siglo pasado, no era posible leer una cartelera de cine sin encontrar “una de romanos”, la manera de referirse a un género que hoy está entre las revisiones arqueológicas más divertidas. Rafael de España es el Indiana Jones español para este asunto desde hace ya muchos años, y es demasiado tarde para cambiarle la medicación, como queda probado en su nuevo libro.

Título: “La pantalla épica. Los héroes de la antigüedad vistos por el cine”

Autor: Rafael de España

Editorial: T&B Editores

Nota de la Redacción: Hace diez años el autor publicó “Peplum” y ya se convirtió en el representante de todos los que disfrutan de su psicopatía por este género. Esta edición es digna de titularse “Pre-Peplum, Peplum, post-peplum y mucha historia sagrada”. Rafael es de un exhaustivo que llega a dar un poquito de miedo, haciendo su obra demasiado exuberante de títulos, nombres y sinopsis para un espectador corriente. Si te pica la curiosidad cinéfila, al menos cuentas con pinceladas de humor bien dadas, y una muy buena formación histórico-clásica que refresca con erudición ligera el viaje por muchas más películas de las que cualquier memoria recordaría.

Tras una breve y conveniente introducción para situarnos históricamente en el periodo que abarca el libro, desde Homero y los primeros egipcios a Bizancio, el paso por el capítulo dedicado al mudo es algo fatigoso, incluso para los que, como en mi caso, compartimos su afición al mundo clásico. A partir de aquí, y sin dejar de resultar excesivo el “vademécum” amplísimo de títulos, se entra en un periodo más identificable que conduce al corazón de los años sesenta. Rafael se mueve en todas las direcciones, cine americano y europeo, desde el magno “Espartaco” hasta el peplum erótico y pornográfico, o el reciente “Gladiator”, o Astérix y Obélix, o… francamente todo.

La lectura de los últimos años se benefician del recuerdo próximo y de la sabiduría antigua del autor para que al volver la última página, apetezca ir en busca de alguna joya comentada. Pero para evitar decepciones, es un material que ni siquiera la “Mula” más entrenada detecta con facilidad, ya que pensar en encontrarlas en los distribuidores habituales es poco menos que imposible. Hay algunos, los más destacados, pero no nos engañemos, nueve de cada diez películas mencionadas en esta obra exigirían la cosecha jamaicana de un buen año de lluvias para salir indemne. Para disfrutar de “La pantalla épica” sólo es necesaria mucha afición y sentido del humor.

España fue lugar de rodaje de algunos peplums recordables y, a modo de ejemplo de estilo y contenido, los comentarios del autor sobre las vicisitudes de los filmes y la censura franquista pueden servir de ejemplo…
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