"Perdiendo el este"
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La web oficial.
El argumento: Con 1.300 millones de habitantes, y a punto de convertirse en la primera potencia económica mundial, China ha traspasado el tópico de país exótico de cultura milenaria, donde se come arroz con palillos y las erres se pronuncian eles, para convertirse en un país moderno y pujante, una nueva tierra de oportunidades en la que todo es posible. Por eso miles de jóvenes, hijos de una vieja Europa cada vez más vieja, cargan sus ambiciones en sus maletas y cruzan 9.000 kilómetros de distancia dispuestos, como los pioneros, a conquistar el Lejano Este. Pero no es nada fácil triunfar en una tierra que tiene un idioma, una cultura y unas costumbres que están a un mundo de distancia. Y no sólo geográficamente.
No conviene ver: “Perdiendo el este” juega con los mismos recursos que su predecesora dándole especial protagonismo a los personajes de Julián López y Miki Esparbé siendo ahora los protagonistas tras ser los robaescenas de lo anterior. Y es que el humor, sobre todo cuando es cortito en ingenio, mejor en pequeñas dosis para que las vergüenzas no se destapen demasiado. Es lo que ocurre en una cinta que vuelve a adentrarse en esa generación engullida entre los “millennials” pujantes y un futuro que se prometió y que nunca llegó. Humor más gamberro pero también menos arriesgado ya que repite la fórmula con poco brío. Por supuesto muchos chistes tópicos sobre chinos y el contraste cultural. Una pena porque hacen lo que pueden pero la historia, el guión y la realización de sitcom televisiva no dan para más y no cuentan con el factor emocional de la anterior que tenía el homenaje a esa generación de padres y abuelos que tuvo que emigrar a Alemania en busca de un futuro mejor en la década de los 50 y 60. Aquí sólo tenemos los chistes baratos de siempre sobre la comunidad china y su forma de hablar, comerciar y vivir.
Conviene saber: Remake de la comedia “Perdiendo el norte” (2015).
La crítica le da un TRES
