Revista de revistas: Recuerdo nostálgico y un James Franco travestido y onanista

Querido primo Teo:

* En Entertainment Weekly han publicado un número muy especial en el que han juntado a los protagonistas de algunas series y películas de los últimos años para que disfrutemos comparando el antes y el después. Por aquí desfilan “Alias”, “El señor de los anillos”, “Las chicas Gilmore” (imposible encontrar las siete diferencias), “Doctor en Alaska”, con un más que favorecido Doctor Fleischman, los entrañables protagonistas de “La chica de Rosa”, “Regreso al futuro”, “Scream”, “Matrimonio con hijos” (al frente, Ed O'Neill, ahora recuperado en “Modern Family”, y la Katey Sagal pre-patea culos de “Sons of anarchy”). La recopilación termina con las versiones mejoradas de “Will & Grace” y los teleñecos Peggy y Gustavo, que siguen conservando sus felpas en plena forma.

* James Franco se presenta irreconociblemente travestido en el segundo número de Candy, revista que dirige el español Luis Venegas. Detrás de la sesión de fotos está, por supuesto, Terry Richardson. Hace unos días veíamos el trailer de “127 hours”, película en la que da vida a Aron Ralston, el montañero que quedó atrapado bajo una roca en un desfiladero de Utah y se autoamputó un brazo para sobrevivir. Tirando de internet hemos conocido que una de las grandes curiosidades que rondaban la cabeza de James Franco y Danny Boyle, director de la cinta, simples mortales, era saber si el verdadero Ralston se había masturbado alguna vez durante ese período de tiempo. Parece que el protagonista se negó a hablar de ello y Franco se lanzó a contar sus propias experiencias: "El caso es que yo paso mucho tiempo solo, sobre todo viajando por razones de trabajo y me masturbo muchísimo. Tengo días en los que me queda un montón de trabajo por hacer, escribiendo o aprendiéndome un papel, y de repente es… “Venga, voy a pasarme las horas tirado en el sofá, dale que te pego””. Me gustaba más la imagen de Franco como un perfecto e introvertido caballero y no el onanista al que ha dado paso en mi cabeza. Y más aún después de que añadiera que: "Normalmente, lo hago cuatro o cinco veces al día: si me quedase atrapado debajo de un peñasco, probablemente lo haría igual”. Todo un derroche de papel higiénico el chaval.

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