Hoy el director y la estrella de una de las películas más populares de la cultura occidental están juntos para siempre.

Wilder vivió sus últimos días no muy lejos de donde vivía Marilyn Monroe, en el Wilshire Boulevard, en Westwood, allí donde la calle sube después de una curva suave. Hay sólo dos o tres minutos hasta Beverly Hills, y si se va en la otra dirección, es

decir, en dirección a Santa Mónica, a menos de dos minutos en coche, en Westwood hay un pequeño cementerio, Memorial Park & Mortuary. Directamente al lado de un cine. Detrás del cine, detrás de los rascacielos, está el cementerio, poco antes del Westwood Boulevard.

Natalie Wood, que murió de una manera misteriosa, yace también allí, en medio de un pequeño, prado. Ella había dicho de la Monroe:

-Cuando ves a Marilyn en la pantalla deseas que las cosas le vayan bien, que sea feliz.

La urna con las cenizas de la Monroe está metida en un nicho de pared, allí hay «cajas fuertes» para los muertos. Wilder le contaba a su último biógrafo que los actores que están aquí enterrados, noche tras noche celebran una fiesta con Marilyn Monroe.

Si se visita el cementerio, poco después del día de San Valentín, por todas partes pueden verse montones de globitos en forma de corazón.

En sus últimos años cuando Billy Wilder pasaba con el coche por delante de ese cementerio tan bonito, les gritaba a los muertos, para diversión de sus acompañantes:

-¡No os impacientéis, vendré pronto!

Billy Wilder se compró dos tumbas, para ser más exacto, dos “«cajas fuertes” para la ceniza, por 900 dólares. Las usa desde hace tiempo y gusta pensar que fuera posible lo que le contaba al autor de su biografía “Nadie es perfecto”:

 

- toda la gente que ya esta allí, un equipo, con el que podré rodar unas cuantas películas bien bonitas, cuando me mude allí, Escucha el casting que ya tenemos, de momento: Truman Capote para el guíón, James Wong Howe como cámara, Oscar Levant como gagman, Lionel Newman como compositor con Gregor Piatiagorsky, al chelo, y Buddy Rích en la batería. Para el reparto de papeles femeninos tendríamos a la extraordinaria Natalie Wood. La única dificultad la veo en los papeles masculinos. Pero quizá podría tomar prestado finalmente a Cary Grant, esté donde esté.

La estrella de las estrellas sería, naturalmente, Marilyn. Probablemente sólo tendríamos una dificultad. Darry1 Zanuck, que también está enterrado aquí, probablemente intrigaría contra la Monroe e insistiría en que (su amante) Bella Darwi obtuviera el papel. Pero ella está enterrada en Montecarlo y el transporte sería -¡esperémoslo!- demasiado complicado.