en 1937 llegó La fiera de mi niña
Dirección: Howard Hawks.
Estrellas: Cary Grant, Charlie Ruggles, May
Robson y el leopardo
Este
guión era bueno. Cary Grant estuvo maravilloso. Y yo también estuve bien. Y
en cuanto al leopardo, excelente
Cary
siempre se había negado a trabajar con el leopardo. No le gustaba nada. Una
vez, para atormentarle, le tiramos un leopardo de peluche por el ventiladero
superior de su camerino. ¡Salió de allí como un rayo! En esta película Cary estuvo graciosísimo. Había
engordado y alcanzó la cumbre de su increíble energía. Reíamos de la mañana a
la noche. Hawks también era divertido. Por lo
general llegaba tarde al trabajo. Cary y yo siempre llegábamos temprano.
Todo el mundo aportó alguna contribución a aquel guión
Debo agregar que yo no tenía
cerebro suficiente como para que me asustara el leopardo, así que hice un
montón de escenas con el bicho suelto por
ahí. Olga Celeste, la domadora, empuñaba un gran látigo. Estábamos
dentro de una jaula: Olga, el leopardo y yo. Nadie más. Teníamos la jaula para nosotras solas. La cámara y el
sonido estaban disimulados en los
agujeros de la cerca. En mi primera escena yo aparecía vestida con una bata vaporosa y caminaba de acá
para allá. Hablaba frenéticamente por teléfono, con un cable muy largo.
El leopardo me s< guía, embistiendo mi muslo, que habían impregnado
de perfume. Yo palmeaba la cabeza. La
escena iba muy bien. Después me puse un vestido largo hasta la rodilla
con pesos en el bajo de la falda cubiertos de piezas de metal, para que se balanceara
graciosamente. Pero... di una vuelta rápida
y el leopardo me saltó a la espalda. Olga tuvo que darle un latigazo en la
cabeza
Éste fue el final de mi
libertad con el leopardo
Nos retrasamos muchísimo en
el rodaje. Fue mi última película con la RKO