Septiembre 2002. La familia Lacovoni se traslada de la provincia del Lazio a Roma. Giancarlo es un profesor de contabilidad movido por propósitos de revancha: humillado a lo largo de más de diez años por el aislamiento en un remoto instituto técnico, ahora espera obtener finalmente el reconocimiento y el respeto que considera siempre haber merecido. Temido por su familia política, siempre reducida frente a su presunta superioridad social y cultural; adorado por su esposa Agata, una mujer sencilla y provinciana de ánimo alegre y un poco infantil, que en cambio él ha llenado de complejos. Giancarlo deposita todas sus esperanzas en su hija Caterina, una adolescente de 13 años muy tímida y con pasión por el canto polifónico. La empuja a que se acerque a aquellas compañeras de clase que proceden de familias importantes. La chiquilla, con su desconcierto por hallarse en un nuevo lugar y su candor atrae la atención de sus compañeros y compañeras, se convierte pronto en el objeto de disputa y rivalidad entre Margherita y Daniela. La primera, Margherita, hija de una escritora y de un intelectual, comprometida, luchadora y tenebrosa líder del ala alternativa de la Segunda A; arrastra a Caterina en su mundo de cortejos, tumbas de poetas, borracheras precoces y centros sociales, y quisiera tenerla sólo para sí misma en una amistad morbosa y exclusiva. La segunda, Daniela, hija de un importante exponente del actual gobierno y dominadora en la clase de la facción opuesta a la de Margherita, se hace acompañar por Caterina en sus correrías entre fiestas y celebridades y quisiera incluirla en el círculo de sus doncellas leales. Caterina, un poco por no descontentar las expectativas de su papá envidioso, también quizá un poco para estar lejos de casa y escaparse de aquella atención cariñosa y obsesiva, secunda en todo y para todo lo que una y otra proyectan para ella y su Segundo año de ESO se convierte en un tumultuoso recorrido que la lleva al descubrimiento del universo fascinante y espeluznante de la “zona alta” de la Capital, pero también un recorrido del desencanto que romperá los sueños veleidosos de Giancarlo, y romperá también en mil pedazos el equilibrio precario de la familia Lacovoni.