Convencido de que la interpretación podía gustarle , se matriculó en los laboratorios de William Layton. A pesar de su entusiasmo, se empezó a preparar las oposiciones de bombero,a fin de tener algo estable por si acaso su carrera como actor no prosperaba— y se sufragaba sus gastos preparando los escenarios de los conciertos de artistas como Luz Casal. En el teatro consiguió papeles en obras como: La dama boba (1993), Fronteras (1993) y Peter Pan ( 1994). Varios golpes de suerte consectivos le decidieron a desistir de dichas oposiciones. En 1994 Fernando León de Aranoa le ofrecía un personaje de su cortometraje Sirenas. A continuación obtuvo pequeños roles para las película Hola...estás sola? y Puede ser divertido. Poco después encabezó el reparto de Eso ( 1995), bajo la dirección de Fernando Colomo, en la que Daniel interpretó a Domingo, un veintañero obsesionado por perder la virginidad. En 1995 la directora de casting Sara Bilbatúa aprovechó la imagen ofrecida en ese filme de Daniel como representante de una juventud desorientada para incluirle en el reparto de Éxtasis, donde encarnó a un delincuente cuyo mejor amigo (Rober: Javier Bardem) era confundido con el hijo perdido de un hombre maduro. Por su papel Daniel Guzmán logró una candidatura de la Unión de Actores al mejor intérprete revelación. Su siguiente largometraje, Suerte, confirmaba ese perfil, ya que su personaje (Toni) se dedicaba a atracar bancos ante la falta de ingresos para empezar una vida con su novia. En televisión por el contrario cambiaba de registro en la serie Menudo es mi padre, donde le tocaba defender el papel de estudiante ejemplar. Dicho trabajo le permitió penetrar más en el mundo del largometraje. Tras un cameo en Barrio, Daniel consiguió papeles destacados en El grito en el cielo y en Rewind. En teatro el actor estrenó 7 yonquis y yanquis ( 1996/ 7) y Joe Killer ( 1998). Como reconocimiento a su trabajo, la Acadamia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas le ofreció presentar junto a Adrià Collado y Joel Joan el Premio Goya a la mejor actriz revelación concerniente a 1999. Los tres actores aprovecharon la ocasión para parodiar la rivalidad entre los jóvenes en esa profesión. Daniel regresó aquel año a la televisión en la serie Policías, en el corazón de la calle donde encarnó a Rafael, un policía indisciplinado que en su juventud había traficado con las drogas, y que se veía obligado a arrestar a sus antiguos compañeros hasta que una bala le dejase parapléjico. Junto a Josep María Pou - encargado de dar vida al comisario- fue candidato al Fotogramas de Plata al mejor actor de televisión. Diego Martín, Héctor Colomé, Lola Dueñas, Laura Pamplona y Andrés Lima fueron otros de sus compañeros. Guzmán compaginó el rodaje de la serie con otros trabajos, entre los cuales destacó Cuando todo está en orden, donde interpretó a un ex-drogadicto que debía retomar las riendas de su vida, y que le valió una mención especial en el Festival de Málaga. En televisión encarnó a Severo Ochoa, en el telefilme Severo Ochoa: la conquista de un nobel. Por aquellos años, Daniel retomó su actividad política al participar activamente en las movilizaciones contra la guerra de Irak, durante las cuales llegó a ser arrestado por la policía. La grabación de Policías finalizó. Daniel aprovechó la circunstancia para acometer su salto a la dirección de cortometrajes, Sueños ( 2003), donde ahondaba más en el retrato de ese treintañero que añoraba un niñez quebrada por la súbita irrupción de la muerte. Su confrontación con ese mundo que ya había dejado atrás hace mucho le valía una recompensa: el Premio Goya al mejor cortometraje de ficción del año. En televisión participó en la serie London Street, interpretando a Paco, un estudiante afincado en la capital de Reino Unido, capaz de aprovecharse de todos sus amigos, y que era rechazado por una joven llamada Ajo ( Ana Álvarez), todavía enamorada de su ex-prometido, Adolfo ( Luis Merlo), un masajista bisexual. La serie quedó suspendida, pero Merlo y Guzmán se volverían a reencontrar las caras ese mismo año en Aquí no hay quien viva, donde también se reencontraría con Laura Pamplona y Diego Martín. En ella Guzmán encarnó a Roberto, un dibujante de cómics licenciado en arquitectura, que se despedía de la casa familiar para establecerse con su novia (Lucía: María Adánez), de la cual se separaría debido a su miedo a abandonar la infancia y reestablecerse en el mundo adulto. La serie obtuvo el Premio Ondas y con ese motivo fue entrevistado en el programa Lo + Plus, haciéndole coincidir con.. Luz Casal y Alejo Sauras, su antiguo vecino. Guzmán aprovechó los huecos de rodaje para compaginar otras actividades, entre ellas el boxeo, deporte en el cual hizo su debut profesional en 2005 durante un combate benéfico cuya recaucadación fue a parar a la Cruz Roja ; apenas unos meses antes de haber terminado su interpretación de un boxeador en la película A golpes. A este título le siguió Arena en los bolsillos - donde incorporó a un orientador de centro de menores cuya propia vida está poco encauzada- y Mia Sarah, donde interpretó a Gabriel, un profesor que ayuda a un adolescente (Samuel: Manuel Lozano) a superar la muerte de su abuelo (Paul: Fernando Fernán Gómez). En 2006 Guzmán abandonó Aquí no hay quien viva para planear su debut como director de largometrajes, y para participar en la Carrera de motociclismo de Albacete, en la cual quedó en vigesimosexto lugar. Un año antes había participado en la carrera de coches 24 horas Ford con fines también benéficos.