"Leni Riefenstahl"
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Título: "Leni Riefenstahl"
Autor: Steven Back
Editorial: Circe
Nota de la redacción: Hace algo más de un lustro, en 2003, muchos lectores vieron en los medios de comunicación el nombre de Leni Riefenstahl, una anciana de 101 años, que acababa de morir y que usó el cine para ensalzar y mitificar a Hitler. Para la mayoría no era nadie popular, y las fotos o imágenes de “Olimpia”, el documental de los juegos olímpicos de Berlín en 1936, era una referencia apenas recordada.
Pasada la contienda, Leni dedicó mucho tiempo de su vida a intentar exculparse con el argumento básico que usaron muchos responsables y colaboradores de aquello: No me enteré. Y cuando lo notó, aseguró siempre que fue el hombre el que la interesó, no su ideología, respecto de la cual simuló el mismo candor que millones de otros alemanes que, como dijo Rebeca West cuando presenció las consecuencias en una sala de Nuremberg, «no sabían lo suficiente como para cobijarse de la lluvia, incluso cuando ésta se convirtió en sangre».
Si esta biografía deja algo claro sobre su vida, es que fue responsable y comprendió lo que estaba pasando hasta actuar como un elemento imprescindible para la deificación de un hombre mesiánico ante un pueblo dispuesto a llegar al crimen con tal de recuperar la autoestima y llevarla hasta el delito, en unos momentos difíciles para Alemania.
Steven Bach no realiza juicios de valor tan absolutos en este libro, pero reúne las contradicciones entre su investigación y la propia autobiografía de la documentalista, en cada ocasión que ha confirmado su existencia.
La vida de esta berlinesa nacida en el extrarradio pobre de Berlín casi con el siglo XX, resulta tan interesante como la época, y la obra refiere constantemente los acontecimientos paralelos que acompañaron su vida, desde antes de que se produjese su epifanía nazi al acudir a uno de los mítines de Hitler., tal y como ella misma relata y esta biografía recuerda:
«Fue como si me cayera un rayo… Tuve una visión casi apocalíptica que nunca pude olvidar. Me pareció que la superficie de la tierra se extendía frente a mí –recordó décadas después–, como un hemisferio que de pronto se parte por el medio, lanzando un enorme chorro de agua, tan poderoso que tocó el cielo y sacudió la tierra.
Me sentí paralizada.»
La imaginación es extática y erótica, bautismal y orgásmica. Joachim Fest, en su comentario sobre la oratoria de Hitler, podría haber estado citando la descripción de Leni al referirse «al carácter peculiarmente obsceno, copulador de las reuniones masivas [de Hitler.]: al comienzo, el silencio... y, al final, el frenesí, más clímax y luego los éxtasis provocados por los últimos desenfadados orgasmos oratorios». Los relatos sobre el encantamiento sentido al exponerse por primera vez a Hitler, el orador, no son raros, y mucha gente se sintió impulsada a adoptar el lenguaje de la religión; la hermana de Nietzsche dijo al conde Harry Kessler que ella consideraba a Hitler. «un líder religioso, más que político». El autor concentra buena parte de su obra en la ascensión y caída del régimen nazi, y al papel que jugó en él la documentalista aspirante casi permanente a gran actriz de Hollywood. Pero la acompaña hasta sus últimos días y se esfuerza por comprenderla. Era una mujer fuerte, que supo usar su encanto y belleza para manipular a los que necesitó hasta dar la sensación de ser casi la única artista que “comprendía” el nazismo, tal y como escribieron tanto Hitler. como Goebbels. Detalla con prolijidad algunas historias sobre películas y rodajes que pueden resultar demasiado cinéfilos, pero en general es una obra que se sostiene casi sola, que interesa en la mayoría de sus páginas.
