"El insulto"

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El argumento: Toni, cristiano libanés, riega las plantas de su balcón. Un poco de agua se derrama accidentalmente en la cabeza de Yasser, palestino y capataz de una obra. Entonces estalla una pelea. Yasser, furioso, insulta a Toni. Él, herido en su orgullo, decide llevar el asunto ante la justicia. Comienza así un largo proceso en el que el conflicto tomará una dimensión nacional, enfrentando a palestinos y cristianos libaneses.

Conviene ver: “El insulto” sigue la senda de cintas como las del iraní Asghar Farhadi, historias cotidianas con un trasfondo familiar y de drama judicial, reconocibles de la situación de su país, marcada por el machismo y la jerarquía social, pero con capacidad para que cualquier espectador se sienta identificado. Es lo que ocurre con una disputa vecinal que termina en proceso burocrático ante la sinrazón de las dos personas inmersas en él, marcado además por el enfrentamiento tradicional entre palestinos y libaneses. Una cinta rodada con ritmo y nervio que eleva a universal el problema de un país, de permanentes contrastes y al borde de la ebullición, a partir de un hecho mínimo, casi como si fuera una onda en el agua y que está marcado por una anécdota del director y el haber vivido en un país en continua guerra con conflicto latente. Rodada con nervio y ritmo, lo mejor es ese trasfondo social que habla de las divisiones culturales, religiosas y políticas en El Líbano fruto de las heridas del Oriente Medio. Quizás se pase de esquemática y el drama judicial parezca ya visto, pero es una película interesante, bien contada y con la habilidad de conectar con el espectador gracias a un director que toma una posición equidistante en la historia para que los prejuicios, recelos, las leyes judiciales y el papel de los medios de comunicación tomen el protagonismo y dejen claro el mensaje que quiere contar la película de la necesidad de tender puentes más que destruirlos. Defiende el ponerse en la piel del otro y ejemplo de ello es que el director y guionista Ziad Doueri (palestino) haya escrito el papel del cristiano y su mujer cristiana (Joelle Touma) haya hecho lo propio con la otra parte.

Conviene saber: Nominada al Oscar 2018 a la mejor película de habla no inglesa y ganadora del premio al mejor actor (Kamel El Basha) en el Festival de Venecia 2017.

La crítica le da un SIETE