"La imagen perdida"

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El argumento: “Durante muchos años he buscado una imagen perdida: una fotografía tomada entre 1975 y 1979 por los Jemeres Rojos cuando gobernaban en Camboya. Por supuesto que una imagen por sí sola no puede ser la prueba de un genocidio, pero nos hace pensar, nos fuerza a meditar, a registrar la Historia. La he buscado en vano en archivos, en viejos papeles, en las aldeas de Camboya. Hoy lo sé: esta imagen debe estar perdida. Así que la he creado. Lo que les ofrezco no es la búsqueda de una imagen única si no la imagen de una búsqueda; la búsqueda que permite el cine. Algunas imágenes están perdidas para siempre y son reemplazadas por otras. En este proceso hay vida, lucha, dificultad y belleza, la tristeza de los rostros perdidos, la comprensión de lo que pasó: algunas veces nobleza e incluso coraje pero nunca olvido”.

Conviene ver: Tremendo documental en el que a través de pequeñas figuras de arcilla e imágenes de archivo se nos explica la dictadura del terror que impusieron los Jemeres Rojos en Camboya. “La imagen perdida” es un pedazo de vida faltante, arrebatado por un gobierno autoritario, es un drama familiar, y es la búsqueda de todo lo que la vida le ha arrebatado al protagonista. Este documental significa la tercera parte de la trilogía del director Rithy Panh sobre el genocidio camboyano, completada por “S-21: La máquina roja de matar” y “Duch, el maestro de las forjas del infierno”, y se sitúa en un frágil equilibrio entre la emoción (representado por esas figuritas) y la denuncia (la imagen real). Muy original en su estética, sobria y certera en su tono evitando el dolor visual pero no en el poso que deja, y necesaria en su temática en una historia conmovedora nada efectista sobre la supervivencia de un niño en el entorno de exterminio camboyano y que supone un gran complemento de las escasas incursiones cinematográficas que han reflejado el conflicto camboyano junto a "Los gritos del silencio" y "El abogado del terror".

Conviene saber: Primera película camboyana nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa y segundo documental presente en la categoría tras la israelí “Vals con Bashir”.

La crítica le da un SIETE