Berlín 2020: "La vida de los demás" del iraní Mohammad Rasoulof brilla en un palmarés que ha querido satisfacer a casi todos
Querido primo Teo:
A pesar de que esta edición del Festival de Berlín no ha coincidido con el final de la carrera al Oscar que por motivos obvios siempre ha acaparado el foco de atención el certamen alemán, que cuenta con uno de los mayores presupuestos de los que se celebran en Europa, no ha podido verse aupado ante la falta de su competidor más directo. Primero por una selección que solamente ha podido brillar en sus últimos días, destacando especialmente la presentación de “Rizi (Days)” de Tsai Ming-liang, segundo por una escasa presencia de estrellas, ha habido lo mínimo para contentar a los fotógrafos y sobre todo a los inversores y patrocinadores, entre ellos un emporio de la cosmética, para cumplir con el objetivo de salir en los principales informativos de la televisión, tercero porque se ha visto afectado por el pasado de Alfred Bauer, primer director de la Berlinale, que presuntamente estuvo vinculado al Tercer Reich algo que ha llevado a la retirada de algunos inversores, y cuarto (y esto ha sido inevitable) ha sido una víctima colateral de la alarma sanitaria por el coronavirus y la psicosis colectiva que nos rodea ya que muchos de los acreditados han cancelado su asistencia y su mercado cinematográfico, que es el segundo más importante después del de Cannes, ha visto mermada de una manera considerable su actividad debido a la falta de asistentes.