Escalofríos de cine

Escalofríos de cine:

Escalofríos de cine: "Poltergeist", o ¿qué ponen esta noche en la tele?...

Querido Teo:

Poltergeist (del alemán): “Espíritu ruidoso”. Fenómeno paranormal que consiste en el movimiento, desplazamiento y levitación de objetos, junto con golpes, sonidos y otros fenómenos inexplicables, normalmente vinculados a un lugar, vivienda, templo, etc…”

Escalofríos de cine: “Misery”, o ¿me firma un autógrafo, por favor?...

Escalofríos de cine: “Misery”, o ¿me firma un autógrafo, por favor?...

Querido Teo:

Suele ocurrir que al comprar en los nuevos formatos uno de aquellos grandes clásicos del cine de terror, y tras su enésimo visionado, nos aborde la duda de si lo que tenemos entre las manos es propiamente una peli de terror o es puro y duro suspense hitchcockiano. El dilema se agiganta porque, además, servidor debe decidir en qué apartado de la estantería colocar el Blu-Ray en cuestión… ¿Terror? ¿Suspense?... Al final la cabra acaba por tirar al monte y, en esta ocasión, a aquel en el que Paul Sheldon escribe su última novela, desde aquella preciosa cabaña, y no nos queda otra que, en honor al sufrimiento del pobre James Caan, seguir engordando el estante dedicado al género de los géneros, en detrimento del ocupado por el gran Hitch, y su legión de seguidores, con todas aquellas formidables películas forjadoras de su propio subgénero cinematográfico… ¡Hitchcockiano!

Escalofríos de cine: “Un hombre lobo americano en Londres”, o ¡disculpe!... ¿Picadilly Circus?

Escalofríos de cine: “Un hombre lobo americano en Londres”, o ¡disculpe!... ¿Picadilly Circus?

Querido Teo:

El buen crítico cinematográfico suele serlo, además de por poseer el carné de cinéfilo consagrado, expedido por la Real Academia de la Crítica Cinematográfica Surrealista, lo es, como digo, por dejar su impronta a través del uso desmesurado de una serie de coletillas o dichos que nos suelen resultar tan rumbosos como impenetrables y con los que uno se acaba estrellando, más pronto que tarde, al abordar una crítica, libro o reseña cinematográfica. Cine de culto.

Escalofríos de cine: “Carrie”, o ¡hay que ver como viene la niña de la fiesta!

Escalofríos de cine: “Carrie”, o ¡hay que ver como viene la niña de la fiesta!

Querido Teo:

¡¡¡Sangre!!! Como en tantas otras ocasiones cimiento del soporte sobre el que construir el argumento, pringoso en esta ocasión, de una historia de terror. Pero en este caso, lo sería de una forma muy diferente. Y es que, sin duda, hablar de "Carrie", lo es de dos de las escenas más impactantes y asombrosas hasta entonces vistas. Apoyadas ambas en lo escandaloso del viscoso fluido, destacan sobremanera la inicial, en la que a través de la desnudez de todas esas jóvenes, llegamos a la segunda escena de ducha más formidable que yo recuerdo (por cierto… las estridentes notas que se repiten a lo largo de la banda sonora, ¿no se parecen demasiado a la escena de la ducha por antonomasia?... ¡imaginaciones!). Al compás de los acordes de aquella hermosa melodía compuesta por Pino Donaggio, la cámara, más lenta que nunca, nos conduce, sin dejarnos ni pestañear en un alarde de voyeurismo indisimulado, ante lo que vamos a contemplar… al shock que supone para la pobre Carrie descubrir su llegada a la pubertad. Y la escena semifinal, como clímax de la cinta, en la que la protagonista es rociada con la sangre, esta vez de un cerdo, por sus compañeros de instituto. No habrá redención para ellos… Carrie desata toda su ira, consumando una venganza que empezó a fraguarse en aquella ducha, y que se desencadena en ese gimnasio…y lo hace de una forma tan brutal que uno no puede resistirse a quedarse perplejo. No se trata, por tanto, de sanguinolento cine de vísceras; no estamos hablando de una película más de posesiones, estamos ante “Carrie”. Sangre (mucha sangre), pero sobre todo sudor y aun más lágrimas. Una de las pelis de terror más fascinantes de siempre.

Escalofríos de cine:

Escalofríos de cine: "Halloween", o babysitter profesión de riesgo

Querido Teo:

Anterior a la actual pasión por importar cualquier americanada que se nos presente, subyacía en nuestra consciencia colectiva la idea de que determinados acontecimientos, aquí jamás podrían suceder. Es el hecho de la llamada noche de brujas o noche de difuntos, cuya celebración, de origen celta, nos quedaba tan lejana, a como ahora la concebimos, que cualquier forma de la que nos la pudieran contar habría resultado plausible, misteriosa o, incluso, aterradora. La noche del 31 de Octubre era sólo eso, la anterior a aquella fiesta de todos los santos, en la que la gente acude en masa a los cementerios a recordar a sus difuntos… lo sería hasta que contemplamos por primera vez “Halloween”. Desde entonces, y por estos lares, empezamos ya a contemplar otras posibilidades.

Escalofríos de cine: “Nosferatu”, o  ¿manicura?... me da cita para el viernes…

Escalofríos de cine: “Nosferatu”, o ¿manicura?... me da cita para el viernes…

Querido Teo:

Empezaré por reconocer que las pelis mudas ya me producen cierto escalofrío, vaya usted a saber porqué, por lo que si a este hecho añadimos que quien aparece en la misma es el imponente Nosferatu, pues… Aun así, lo admito, siempre sentí idolatría, rozando casi el paroxismo, por un personaje tan poco atractivo visualmente como cautivador e hipnótico para todos los sentidos. Y es que todos coinciden en el contraste que se produce entre el espeluznante aspecto físico del venido de Transilvania, con el magnetismo y seducción que rezuma el vampiro por los cuatro costados, hecho que queda patente en esta y en cuantas adaptaciones posteriores de la obra de Drácula se han hecho.

Escalofríos de cine: “El resplandor”, o ¡aquí está Johnny!

Escalofríos de cine: “El resplandor”, o ¡aquí está Johnny!

Querido Teo:

He aquí la obra cumbre del llamado terror psicológico… ahora sí, (sería bueno obviar lo expuesto sobre el significado personal de este subgénero cinematográfico en el ya publicado artículo de este serial referido a "La matanza de Texas" por lo desacertado, por supuesto), y es que cuando uno acude a cualquier libro, página de internet o reseña referida a esta obra maestra, con lo primero que se topará es con tal aseveración, por lo tanto así será. Posiblemente, contemplar el desquiciamiento progresivo de Jack Torrance, protagonista principal de la cinta, encarnado por el ilustre Jack Nicholson, sea lo que justifique aquello. Como ya dije, nunca entendí qué debe contener una peli para ser susceptible de aterrorizarle a uno psicológicamente. Siempre asocié el cine de terror con el miedo que a uno le producía ver determinada película y, a su vez, el desasosiego durante su contemplación y el tiempo que se tardaría esa misma noche en conciliar el sueño, como las dos magnitudes adecuadas para medir el grado terrorífico de la misma… por lo visto hay, además, una tercera, que será el nivel de perturbación moral que a uno le quede tras su visionado, lo que influirá en que la cinta sea más o menos apta para encuadrarse en aquella categoría… en fin… cinéfilos.

Escalofríos de cine:

Escalofríos de cine: "La matanza de Texas", o me pone cuarto y mitad de carne picada

Querido Teo:

Cuántas veces escuché la expresión cine de terror psicológico, sin llegar a entender a qué se podrían estar refiriendo y cuando se decidía encuadrar una peli en este subgénero, hasta que tuve la fabulosa idea de ver “La matanza de Texas”. Toda duda quedó despejada… No te queda más remedio que volverte loco de miedo, durante los 83 minutos de tu vida que hayas dedicado a contemplar aquella increíble obra maestra del cine de espanto, por lo que podría llegar a ser necesaria, en algunos casos, la ayuda de profesional especializado en la psique humana para reponerse del shock… ahí podría estar la respuesta.

Escalofríos de cine:

Escalofríos de cine: "La profecía", o ¿666 era el prefijo de...?

Querido Teo:

“Cuando los judíos regresen a Sión, un cometa surque el cielo y el sacro imperio renazca, entonces tú y yo moriremos. Del mar eterno surgirá aquel que creará poderosos ejércitos, y volverá al hombre contra su hermano, hasta que ya no exista más…”

Esta apocalíptica cita, que un buen día escuché en la fabulosa "La profecía", me engañó… ¡y de qué forma!. Pues habiéndome atrevido a recitarla mencionando el Apocalipsis como fiel fuente del guión, olvidé el nimio detalle de haber leído antes el último libro del nuevo testamento, ¡qué pereza!… Torpe de mí, pues la parrafada en cuestión fue inventada por el guionista David Seltzer que, claramente, se quedó con todos nosotros, o por lo menos con un servidor, en un evidente intento de embelesarnos hasta el extremo, con aquella historia proveniente de las profundidades de nuestro miedo.

Escalofríos de cine:

Escalofríos de cine: "La semilla del diablo", o ¡qué le pongan la epidural!

Querido Teo:

Leviatán, Demonio, Belcebú, Satanás, Lucifer, Diablo… llamémosle cómo queramos, pero absurdo sería no reconocer que la criatura en cuestión nos atrae… ¡y de qué forma!. Hasta el punto de que, durante una época, muchas de las pelis, ahora imprescindibles para los amantes del cine de terror, parecieron encontrar en su latente presencia un filón a la hora de intentar atemorizar al personal. Así, aunque hubo no pocas aproximaciones al cine satánico, “La semilla del diablo” de Rajmund Roman Thierry Polanski, de 1968, para la mayoría de los autores, es la que inauguró el subgénero en cuestión. Y es que aquella historia sobre el embarazo más atípico y original de la historia del cine, ya se presentó de forma formidable cuando a los distribuidores, se les ocurrió transformar el casi angelical título original de “Rosemary´s baby”, cuya traducción literal sería tan poco intrigante como “El bebé de Rosemary”, por otro un poco más elocuente “La semilla del diablo”… igualito, vamos.