La adolescente afroamericana Geneva Settle se halla en una biblioteca de New York recabando información sobre un antepasado suyo, concretamente un esclavo liberto. Sus sentidos, habituados al barrio de Harlem, alertan a la joven de que algo anda mal. Está sola en la inmensa sala y percibe que ha entrado una persona... Ingeniosamente, consigue huir cuando el desconocido se dispone a asesinarla. Lincoln Rhyme, célebre criminalista tetraplégico tras un accidente, reúne a su grupo de investigadores en su casa, convertida en laboratorio y oficina además de vivienda. Allí analizan el tema, depositan las pistas halladas en el lugar de los hechos y montan un sistema para proteger a Geneva, convencidos de que el asesino lo volverá a intentar. De inmediato descubren que se enfrentan a un tipo frío y sin escrúpulos, que ha matado también al portero de la biblioteca para acallarlo, y que parece muy refinado, posee recursos muy elaborados y es cuidadoso con sus rastros. La bolsa hallada en el lugar de los hechos, con algunos enseres del criminal, apunta a una maniobra de despiste y hay algo tan desconcertante como una carta de Tarot. Todo indica que se trata de un asesino profesional y, en ese caso, es importante descubrir quién querría matar a una adolescente y por qué. Rhyme comienza a investigar el trabajo que estaba preparando la joven pensando que algún dato del pasado podría ser la causa de lo ocurrido, y pronto descubre que la totalidad de microfichas relativas al hecho y guardadas en otras bibliotecas ha desaparecido... Pero la trama se va complicando, el criminal es escurridizo, tiene cómplices y esa primera pista no parece la correcta...