1. . el cigarral. habitación de vera. interior por la mañana 
Una mujer invertida, es decir, con la cabeza en el suelo y los pies en 
alto, apoya los talones en la pared (haciendo el pino), inmóvil. Sólo 
lleva puesto un body, tan pegado a la piel que da la impresión de estar 
desnuda y de ser asexuada. El tejido del body-segunda-piel es de 
un tipo especial de lycra, confeccionado con diversas piezas que se 
ajustan a los distintos volúmenes del cuerpo, como esos bañadores 
olímpicos que prohibieron porque eran más rápidos que la propia 
piel humana. A diferencia de los bañadores, el body-segunda-piel cubre 
todo el cuerpo, incluyendo las extremidades, pies, manos y sus 
dedos respectivos. Algunas de las cremalleras se ven por fuera. También 
se ven las costuras que unen las diversas partes que componen la 
prenda. El body hace que la mujer parezca un híbrido de robot y maniquí. 

Vista de lejos, el color del body se confunde con el de la piel; de cerca 
se ve que es de color maquillaje y se advierte la textura de la lycra y 
las costuras, como cicatrices. La prominencia genital es plana, desde 
lejos parece un desnudo asexuado. 
La pared sobre la que apoya los talones está llena de grafismos indefinibles 
en el plano general, escritos en diversos colores, entre los que 
predomina el negro. También hay frases, dibujos y rayas. Muchas rayas 
o palotes de unos 5 cm de longitud, como máximo. 
Si nos acercamos a la pared descubrimos que los signos son fechas, 
escritas con lápiz de ojos negro, rojo y crema (tal vez sea pronto para 
mostrarlo ahora, mejor después). Una tras otra, las fechas forman una 
textura visual, como un estampado sobre la pared. Los días se suceden 
cronológicamente. También hay dibujos, copiados de alguna 
obra de Louise Bourgeois (o a partir de ellas). Y frases. Algunas palabras 
resultan ilegibles, otras no. Nombres de lugares. Palabras superpuestas. 

Bajo el body-segunda-piel palpita el cuerpo de Vera. No es muy alta, 
pero posee un cuerpo proporcionado y fibroso. Aparenta unos veinticinco 
años, la figura delgada, la piel del rostro tersa y suave, casi brillante, el pelo oscuro, a la altura de los hombros, recogido casualmente. 
Ejecuta algunas posturas de yoga, aunque al principio dé la impresión 
de ser una muñeca abandonada en un desván limpio y aséptico, si no 
fuera por la pared llena de símbolos escritos. Se mueve alrededor de un 
libro de yoga abierto en las posturas que ella ejecuta con precisión. Cerca 
de la pared de los grafismos pueden verse distintos elementos para 
hacer yoga. Y bolas de diversos tamaños. Hay dos de setenta y cinco 
centímetros de diámetro, una de cincuenta y otra de cuarenta. Con las 
bolas se ayuda para determinadas posturas. También hay bolas más pequeñas, 
como pelotas de playa. 
Las dos bolas grandes están cubiertas por telas unidas, como un patchwork 
irregular. Se ven las uniones, trenzadas o atadas. 
En una de las paredes laterales hay dos barras, como las de los estudios 
de danza. Una mesa blanca con bordes curvos y un espejo circular 
empotrado en la pared, a la altura del rostro. 
Las fechas que incluyen las paredes van del año 2006 hasta el 2012. 
En el centro de la habitación, una cama no muy grande, sobre un tatami 
y cubierta por una colcha color rojo venoso. Las paredes y el 
suelo son grises. Dos ventanas, con rejas, desde las que sólo se ven árboles 
y una zona con césped. Techos altos. Un sofá de dos plazas es el 
único mueble que acompaña a la cama, a excepción de una mesita 
mínima en forma de elipse, junto a la cama, sobre la que reposa una 
lámpara circular blanca, sin cable. Se enciende al tacto. 
El resto de la habitación es diáfana. Ningún cojín en el sofá. Pilas de 
libros, colocados uno encima de otro, formando una escultura casual. 
Todas las líneas que sobresalen son curvas. Sobre la mesa blanca hay 
varias figuras confeccionadas con plastilina y distintos trozos de tela y 
arpillera (inspiradas claramente en Louise Bourgeois, dos libros de la 
artista presiden la mesa). 
Un armario, también empotrado. Las molduras externas indican que 
se trata de un armario. Y la pequeña puerta metálica de un torno. 
A su lado, un interfono, con teclas. 


La pantalla de televisión, situada a una altura normal, está clavada férreamente 
a la pared por los cuatro ángulos, asegurando su inmovilidad. 

También hay un extractor-succionador que se recoge en la pared. 
Una evolución sofisticada de los extractores con los que se limpia el 
interior de los coches. La pared opuesta al lugar donde Vera hace el 
pino está limpia de grafismos y dibujos. En el centro de la pared, un 
pivote oscuro y transparente, como un ojo, oculta obviamente una 
cámara. 
Por corte. 
Vera abre la puerta del armario. De la barra superior cuelgan varios 
vestidos salvajemente destrozados, como si un tigre hubiera entrado 
en el armario y los hubiera desgarrado enloquecido. Escoge entre los 
despojos de las prendas (que penden de perchas de plástico inofensivas) 
un vestido de tela ligera al que le falta toda la parte de atrás; lo 
que todavía queda de la parte delantera está desgarrado en tiras. 
Vera se pone el vestido y se acerca a una de las barras de madera 
donde tensa las tiras de la parte delantera. Ayudándose de una lima 
de uñas corta diversos trozos de tela, que después aplica sobre la superficies 
de las bolas o las figuras de plastilina. 


2. el cigarral. cocina. interior por la mañana 

Además de un pequeño televisor de plasma, en la cocina hay dos pantallas 
de control interno. Las dos muestran en blanco y negro la totalidad 
de la habitación de Vera, desde dos ángulos distintos. Estas dos 
pantallas complementarias están colocadas sobre una cocina muy antigua, 
que no funciona, dentro de una chimenea que tampoco funciona. 

Marilia, el ama de llaves de El Cigarral, prepara el desayuno de Vera. 
Abre un cajón de la cocina donde guarda la farmacopea, un buen 
surtido de hormonas, vitaminas, antidepresivos, ansiolíticos, etc. Abre otro cajón, dentro hay una pistola junto a cubiertos de cartón prensado 
precintados. Coge un set formado por un cuchillo y un tenedor, 
de una fragilidad evidentes. Diluye en un vaso de plástico lleno de 
agua unas medicinas. Pone el vaso y los cubiertos sobre una bandeja, 
junto al resto del desayuno. En la bandeja también hay un libro, Escapada 
de Alice Munro. En la gran mesa central tiene ropa que acaba 
de planchar, o lavar. Dos bodys, uno color negro y otro color carne. 
La cocina es grande, tiene dos puertas, una de acceso al interior de la 
vivienda y otra a uno de los patios, el más polvoriento. El centro está 
dominado por una gran mesa de madera. Una larga encimera llena 
de cajones recorre dos de las paredes, en forma de L. En el centro de 
la pared más grande es donde está la chimenea de dos metros de alta, 
absurda. 


3. el cigarral. planta baja. interior por la mañana 

Marilia sale de la cocina (con la bandeja en la mano y los bodys bajo 
el brazo) por la puerta que da al gran vestíbulo de la vivienda. Lo cruza 
hasta llegar a la pared donde está instalado el torno. Abre la puerta, 
introduce la bandeja. Y deja los bodys, limpios y doblados, en el 
espacio que queda libre, al lado.

4. el cigarral. planta baja. interior por la mañana 
En la planta baja, Marilia se cruza con tres sirvientes, dos filipinos y 
una mujer búlgara, haciendo la limpieza. Desaparece por la puerta 
que da a la cocina. 

Marilia es una mujer saludable y enérgica, que aparenta menos edad 
de la que tiene. Sus manos son las de una mujer trabajadora, pero va 
vestida con distinción de «género» (cinematográfico). Su actitud es la 
de una mujer con clase y a la vez ligada a la tierra, ancestral, práctica 
y digna. 


5. . el cigarral. cocina. interior. y 6. el cigarral. 
habitación de vera. interior 

En las pantallas de la cocina puede verse a Vera recogiendo la bandeja 
del torno, en su habitación, y depositándola sobre la mesa blanca, 
junto a la pared. 

Junto al torno hay un interfono. Vera lo acciona y habla. Más o menos 
en ese momento, Marilia entra en la cocina. 

Vera 

¿Marilia, estás ahí? 

Marilia 

Sí. Acabo de llegar a la cocina. 

Vera 

Mándame más arpillera. También necesito cola, y cinta de doble 
cara. 

Marilia acciona uno de los botones del interfono, situado cerca del 
portero automático con vídeo y responde a Vera, a la cual puede ver 
en las dos pantallas de vigilancia. 

Marilia 

No podré conseguírtelas hasta mañana. 

Vera 

Vale. (Sonríe sutilmente) Oye, también quería aguja, hilo y tijeras. 

Marilia 

¡Supongo que estarás de broma! 

Vera 

(Reconoce) Pues sí.