Más que nada para descubrir una serie de películas no excesivamente conocidas, por ejemplo en capítulos como el del Japón. También para imbuirse en un tipo de cine nada convencional que ciertamente puede dar lugar a ciertos traumas a la hora de contemplarlo. A fin de cuentas, las películas no dejan de ser todo un cúmulo de emociones y sensaciones y el "mal rollo" está presente tanto en obras de grandes maestros como Haneke ("La pianista", que te deja planchado) o el propio Cronenberg y algunos como el argentino Bogliano aún por descubrir por el gran público. También porque, si se lee con distancia, se pueden divertir bastante con todo tipo de burradas que ocurren tanto en las pelis como en la exageración con la que se cuenta.