Tras licenciarse en diciembre de 1945, el joven Russ no quiso volver a la casa de su madre, así que decidió pasarse primero por Hollywood para buscar trabajo como cámara de cine. Sin embargo, las cosas allí no le fueron del todo bien y al poco tiempo tuvo que regresar a Oakland, donde le ofrecieron un puesto como representante de la casa Eastman-Kodak para esa zona. Unos meses después entra como documentalista en la Gene K. Walker Productions, una pequeña compañía de películas industriales que tenía su sede en San Francisco. Allí permanecerá durante cuatro largos años. "Después de la guerra, trabajé durante cuatro años haciendo, digamos, documentales, aunque eran más bien películas que servían como informes y publicidad de empresas de gasolina, fabricantes de papel, compañías ferroviarias y ese tipo de cosas. Trabajé con un productor de San Francisco y fue un estupendo aprendizaje para mí como cineasta. Siempre me ha gustado el formato del documental, con el narrador serio impostando la voz. Meyer hacía diariamente en autobús el trayecto entre San Leandro y San Francisco (unos 35 kilómetros atravesando la bahía de San Francisco), y durante uno de esos viajes conoció en 1947 a una joven llamada Betty Valdovinos, que trabajaba en el hospital Mark Hopkins. Se enamoraron y, tras casarse en 1949, se fueron a vivir a San Francisco. Pero el matrimonio apenas duró un año. 1950 será decisivo en la vida de Russ Meyer, no sólo porque se divorció de Betty sino, sobre todo, porque su amigo y excompañero del ejército Don Ornitz, que trabajaba para la agencia Globe Photos, le convenció para que, sin tener que dejar su trabajo en la Gene K. Walker Productions, se metiera con él en el campo de la fotografía erótica, ya que a principios de la década de los cincuenta estaba empezando a florecer un nuevo mercado de publicaciones para adultos. Y así fue como Meyer comenzó a realizar (y publicar) fotografías de chicas desnudas, principalmente strippers ypin-ups. Además, no le resultó muy difícil encontrar modelos, ya que siempre había sido un asiduo visitante de lo que se conocía como burlesque theater, y en Oakland se encontraba uno de los más famosos de toda California: El Rey Burlesque, propiedad del empresario Peter De Cenzie. Allí la estrella indiscutible era la stripper Tempest Storm. Aún en activo en 2010 (a pesar de que se retiró oficialmente en 1995 a los 67 años de edad), Tempest Storm nació en febrero de 1928 con el nombre de Annie Blanche Banks en Eastman (Georgia). Tras haberse casado (y divorciado) dos veces, empezó a trabajar en Hollywood como corista en el Folies Theatre con apenas veinte años, pero su exótica melena pelirroja y, sobre todo, su espléndida figura la llevaron al mundo del burlesque, donde debutó como stripper en 1950 de la mano de De Cenzie y pronto se convirtió en una de las bailarinas y pin-ups más importantes de su época, actuando en teatros de todo el país y apareciendo en varias películas, como París After Midnight (Robert Dertano, 1951), A Night in Hollywood (Robert Dertano, 1953), Teaserama (Irving Klaw, 1955) y Buxom Beautease (Irving Klaw, 1956). A finales de la década de los cincuenta ya es tan famosa que la casa Lloyd de Londres aseguró su pecho en nada menos que en un millón de dólares. En 1987 publicó (coescrita con el periodista Bill Boyd) su autobiografía "Tempest Storm: The Lady Isa Vamp" (Peachtree Pub Ltd), donde -en un alarde de increíble memoria, o nocuenta que entre sus múltiples amantes se encontraban algunas grandes celebridades del mundo del espectáculo, como Elvis Presley, Sammy Davis, Jr., Vic Damone e incluso el mismísimo presidente John F. Kennedy. Su cuarto marido, con el que tuvo una hija, fue Herb Jeffries, uno de los cantantes oficiales de la orquesta de Duke Ellington. Pero volvamos a nuestro amigo Meyer. Don Ornitz le presentó a Peter De Cenzie, y éste lo contrató para que rodara una pequeña película sobre su gran estrella en acción. Aunque no se conserva ninguna copia, que llevó por título The French Peep Show, se sabe que básicamente se limitaba a recoger la actuación de varias bailarinas (nueve, además de Tempest Storm), que se filmó con una película Kodachrome de 16 mm (que Meyer cogió de los almacenes de Gene Walker) y que De Cenzie estuvo exhibiéndola en su local durante varios años. Este hecho ha provocado que no esté del todo claro la fecha exacta en la que se realizó el rodaje, por lo que unos la datan en 1950, mientras que otros dicen que realmente fue en 1952. El propio De Cenzie se dedicó a distribuirla él mismo llevándola a numerosos teatros de burlesque de toda California con la idea de pro-mocionar a sus vedettes (pero Meyer no vio ni un solo centavo de todo aquello). La cuestión es que durante esos años Meyer fotografió (y se relacionó) a otras estrellas del striptease, como Lilly LaMont y Dolly Dunbar, entrando así de lleno en el sórdido mundo de los espectáculos para adultos. "Siempre me han gustado las strippers, me siento cómodo con ellas. Proyectan una sexualidad que muchas otras mujeres no tienen. Y fue precisamente en uno de esos clubs donde, una noche de 1952, Bill Coshow, el abogado que había llevado su divorcio con Betty, le habló de una secretaria muy atractiva que había trabajado durante un tiempo en su despacho y le dio su número de teléfono. Se llamaba Eve Turner. Eve Turner nació en Atlanta (Georgia) el 13 de diciembre de 1928 y cuando conoció a Russ Meyer estaba trabajando como secretaria para uno de los directivos de la Compañía Pepsi en sus oficinas de San Francisco. El flechazo fue instantáneo y la pareja se casó el 2 de agosto de 1952 en la Swedenborian Church de San Francisco. Eve era una rubia de pelo corto, cuerpo delgado, sonrisa alegre y unos ojos azules muy vivos. Aunque realmente no era una belleza despampanante y su cuerpo estaba dentro de los cánones más o menos normales (99-63-88), el conjunto producía un atractivo muy singular. Así que no es de extrañar que Meyer, que cada vez estaba más metido en el mundo de las revistas para adultos, empezara a fotografiar a su mujer convirtiéndola en una de sus modelos preferidas. Eve nunca antes había posado desnuda, pero de la mano de su marido se convirtió en uno de los iconos eróticos más importantes de los años cincuenta, apareciendo en publicaciones como "Night & Day" (noviembre de 1952, marzo y agosto de 1953), "Peep Show" (primavera de 1954), "Dixie Sparkle" (1957)... y, sobre todo, en "Playboy". En noviembre de 1953 sale a la luz en Chicago el primer número de la célebre revista "Playboy", publicada por un joven de tan sólo 27 años llamado Hugh Hefner, que estaría destinada a convertirse en la más importante (y famosa) publicación para adultos de la historia. Su tremendo éxito, y lo que le ha diferenciado de sus competidoras, se basó en que desde su primer número supo combinar las fotografías de chicas desnudas (popularmente conocidas como conejitas) con textos, entrevistas y reportajes de destacadas personalidades del mundo de la política, la música y la cultura, así como amplios artículos a todo color sobre arquitectura, decoración de interiores o moda masculina. El primer número, que llevaba nada menos que a Marilyn Monroe en la portada y en su desplegable interior, tuvo una tirada de 50.000 ejemplares. Dos años después, sus ventas ya superaban a las de otras revistas de temática más general, como el "Enquire". Durante esos dos primeros años, la revista compraba las fotos de sus modelos a agencias como la Baumgarth Calendary Company, pero para el número de junio de 1955 (vol. 2 n °6), Hefner decidió que sería mejor empezar a contratar a fotógrafos especializados en desnudos que realizaran reportajes exclusivos para la revista. El primero de estos reportajes (un total de 16 fotografías) que incluía el famoso desplegable central tuvo como protagonista a Eve Meyer y fue realizado por su marido, Russ Meyer. Así pues, Eve fue la primera modelo en ser fotografiada expresamente para la revista (lo que ha provocado multitud de equívocos, ya que algunas fuentes afirman que se trata de la primera playmate, cuando realmente fue la número 23). La foto de la página central, pese a su discreción, es de gran belleza y erotismo. En ella vemos a Eve recostada sobre una alfombra, con una chimenea encendida al fondo, en lo que parece ser un confortable salón. En camisón semitransparente abierto por delante deja ver su pecho (aunque estratégicamente tapa las zonas más delicadas, es decir los pezones). Su mirada insinuante, y las dos copas de vino que están en el suelo, conforman una perfecta invitación a pasar una velada íntima. Se trata de una imagen realizada con muy buen gusto, elegante y llena de sensualidad. Una imagen, decimos, tan propia de "Playboy" como de Russ Meyer. Meyer seguiría colaborando con "Playboy" en varias ocasiones más a lo largo de los siguientes años (en febrero de 1956 fotografió a Marguerite Empey -que después cambiaría su nombre por Diane Webber-, en julio de 1959 a Yvette Vickers y en marzo de 1973 a la que por aquel entonces sería su tercera esposa, Edy Williams), pero sus fotos también se publicaron en muchas otras revistas, como "Photography Glamour", "Adam", "Night & Day", "Frolic", "Beauty & the Camera", "Modern Man", "Sir Knight", "Caper", "Fling", "Gentleman" o "Glamour Camera", retratando a destacadas modelos como Sabrina, Virginia Gordon, Mamie Van Doren, Virginia Bell o June Wilkinson. A medida que pasan los años, su prestigio profesional crece enormemente. Meyer es un fotógrafo con glamour, sus imágenes están hechas con un gusto y un tacto exquisito. Eso lo convirtió rápidamente en uno de los fotógrafos de desnudos más solicitados de su generación. Las mejores modelos del momento deseaban posar para él y las mejores revistas de la época querían publicar esas fotos. De hecho, durante la segunda parte de la década de los cincuenta Meyer ya es uno de los fotógrafos más importantes de los Estados Unidos (al mismo nivel que Bunny Yeager, Peter Gowland, George Hurrell o Andre de Dienes). Sin embargo, su futuro derivaría hacia el cine. Y es que, a fin de cuentas, desde que su madre con 14 años le regalara aquella cámara de Súper-8, siempre había querido ser cineasta, hacer películas. La fotografía más bien era un hobby, había surgido como una necesidad puntual en un momento determinado, pero su meta en la vida era otra. Por eso llegó un momento en el que lo que había aprendido durante todos estos años como fotógrafo lo volcaría en la creación de su primera película. Buscando más oportunidades, en 1957 el matrimonio Meyer decidió dejar San Francisco y mudarse a Los Angeles (alquilaron una pequeña casita en Evanview Drive, en Hollywood) con la intención de poder entrar a trabajar en la meca del cine. Durante unos años, mientras seguía colaborando con Globe Photos, Meyer también empezó a realizar diversos trabajos como fotógrafo freelance para series de televisión, Maverick (1957-1962), Perry Masón (1957-1966) y The Twilight Zone (1959-1964), y películas, Ellos y ellas (Joseph L. Mankiewicz, 1955), Gigante (George Stevens, 1956) y La pequeña tierra de Dios (Anthony Mann, 1958). También fotografió a varias estrellas del celuloide, como Ava Gardner, Gina Lollobrigida, Elizabeth Taylor, Anita Ekberg o Jayne Mansfield. Sin embargo, lo más cerca que estuvo de dirigir una película fue cuando trabajó como cámara en el film de Louis Appleton The Desperate Woman (1958). Impaciente por volver a repetir la experiencia de su primera colaboración juntos, en 1959 Meyer y De Cenzie crean la productora Pad-Ram Enterprises y empiezan a realizar una serie de películas de bajo presupuesto, pero que, al estar protagonizadas por modelos pin-up y bailarinas de striptease, llamaron la atención del público (especialmente del masculino). Se trata de sus primeros títulos: The Inmoral Mr. Teas (1959), Erótica (1961) y Wild Gals of the Naked West (1962). El tremendo éxito de estas películas (sobre todo de la primera) demostró que Russ Meyer era un hombre que había nacido para hacer cine, y, tras separarse profesionalmente de De Cenzie, funda con su mujer una nueva productora llamada Eve Producciones, que sería la encargada de gestionar sus siguientes doce films (desde Europe in theRaw en 1963 hasta Cherry, Harry & Raquel! en 1969). En 1964, tras doce años de matrimonio, las cosas entre Russ y Eve empiezan a ir mal. Por un lado, Meyer cada vez está más volcado en su trabajo (y en sus modelos) y, por otro, Eve cada vez está más segura de que le es infiel con muchas de ellas (de hecho, durante el rodaje de Fanny Hill en Alemania, Meyer se enamoraría de la actriz Renate Hütten y se la llevaría de regreso a Los Angeles). Así que decidieron separarse de mutuo acuerdo, aunque no se divorciarían oficialmente hasta 1968 y seguirían trabajando juntos en Eve Productions hasta 1971. Seis años después, Eve Meyer sería una de las 583 personas que murieron calcinadas en el accidente de aviación que ocurrió el 27 de marzo de 1977 en el aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife (Islas Canarias), a donde había ido de vacaciones. Sus restos mortales fueron enterrados en Sunnyside, en su Georgia natal. Durante la década de los sesenta, Meyer estuvo saliendo con una mujer no identificada a la que (en su autobiografía "Russ Meyer. A Clean Breast!") él mismo llamó Janet Buxton, que fue su amante y compañera durante muchos años (y, lo que es peor, durante muchas otras relaciones). La conoció estando casado con Eve, y su relación continuó durante el noviazgo con Relíate Hütten e incluso durante su tercer matrimonio (con Edy Williams). En 1972, Janet se quedó embarazada, pero perdieron el bebé. "Desde los 12 años me han gustado las mujeres con grandes pechos. Este es mi gusto, mi éxito, mi obsesión y mi infortunio... Mi infortunio porque puedo divorciarme de una mujer si conozco a otra con los pechos más grandes. Si bien, como ya hemos visto, The Inmoral Mr. Teas inauguró en 1959 el subgénero cinematográfico conocido como nudies, casi una década después, con Vixen (1968), Meyer no sólo lograría uno de sus mayores éxitos en taquilla, sino que además abrió las puertas a otro nuevo subgénero conocido como softco-re (películas de alto contenido erótico donde el sexo era simulado justo hasta el punto de no mostrar primeros planos de los genitales de los actores), lo que le puso en el objetivo principal de las críticas y denuncias por parte de varias asociaciones de defensa de la moralidad de su país. La más importante de ellas fue la Comisión sobre la Obscenidad y Pornografía, creado por el presidente Lyndon B. Johnson y dirigida por el abogado Charles Keating desde 1969. Este último llevaba muchos años obcecado en una incansable cruzada contra la pornografía (tanto en la literatura -en 1958 había fundado la organización Citizens for Decent Literature, con más de 100.000 miembros a lo largo de todo el paíscomo en el cine). En septiembre de 1969, Keating interpuso una demanda por obscenidad en un juzgado de Cincinnati contra Russ Meyer y su película Vixen, logrando que su estreno se prohibiera en todo el estado de Ohio. El director se gastó más de 250.000 dólares en abogados (sobre todo al contratar los servicios de Elmer Gertz), pero perdió el juicio (y además tuvo que pasar varios días en la cárcel). Vixen no se proyectaría en Cincinnati hasta 1984 (en el campus universitario de la ciudad) aún bajo serias amenazas de prohibición. Paradójicamente, al mismo tiempo que era perseguido y acusado de obsceno, Meyer comenzó a ser reconocido profesionalmente por sus valores artísticos gracias a los elogiosos artículos del periodista Roger Ebert en el "Chicago Sun-Times" y también por el que en septiembre de 1969 escribió John Ma-honey en "Hollywood Repórter", diciendo que "si el film de Meyer Cherry, Harry and Raquel.'! fuera una película de Fellini, Antonioni, Bergman o Jerzy Skolimowski, oiríamos a los críticos de Nueva York decir con satisfacción que los maestros estaban dando otro mandamiento al género humano, y que su inteligencia se pondría a prueba aceptando que todas las piezas encajaban sin problemas para formar una nueva leyenda para el futuro.