El concepto de «imagen de búsqueda» se ha estudiado ampliamente en el mundo animal, y hoy se utiliza para explicar la eficiencia de muchos depredadores para localizar a su presa, pese a todos los esfuerzos de estas por ser ilocalizables. En el laboratorio, arrendajos entrenados para buscar palomillas camufladas al principio tienen problemas para verlas; estas se funden perfectamente con las motitas de la corteza en que se posan. Se ha descubierto que los perros, las mofetas y las arañas tienen imágenes de búsqueda olfativas. El olor de la comida los atrae más que la forma, y son capaces de encontrar, por ejemplo, esa comida seca (perros y mofetas) o aquel mosquito particularmente apetitoso (arañas) entre una maraña de olores del entorno, buscando su olor característico. Las imágenes de búsqueda no solo se usan o son útiles para encontrar la presa o evitar ser capturado: así es como las personas encontramos las llaves del coche, distinguimos a los amigos entre la multitud y hasta hallamos patrones que nunca habíamos visto antes. El neurólogo Oliver Sacks expone un magnífico ejemplo humano de este fenómeno, sacado de su propia experiencia. En un momento en que el síndrome deTourette aún no se reconocía de forma generalizada, Sacks visitó a su primer paciente que lo tenía, con los tics característicos. Al día siguiente, dice, «vi a tres personas [con los mismos tics] por las calles de Nueva York, y otras dos al día siguiente. Y pensé: “Si no me engaña la vista, tiene que ser algo mil veces más común de lo que se supone... ¿por qué no me he dado cuenta antes”?». Había adquirido una imagen de búsqueda del tic de Tourette. Todos necesitamos un mecanismo para seleccionar, de entre todas las cosas del mundo, lo que nos conviene buscar y mirar, y lo que nos conviene ignorar. Poseer una imagen de búsqueda en la mente es lo que hace posible que encontremos al amigo entre la muchedumbre que baja del tren en la Grand Central Terminal: es la forma visual de la expectativa lo que nos permite encontrar sentido en el caos. Al mismo tiempo, si buscamos a alguien a quien no hemos visto desde el instituto, hace ya veinte años, es posible que no se parezca a la imagen de búsqueda con la que le representamos. Jakob von Uexküll, el biólogo alemán, se refería a este hecho al hablar de la búsqueda del jarro de agua, que esperaba encontrar en la mesa a la hora de comer. Estaba seguro de que el jarro estaba en el lugar de costumbre, pero no veía que lo tenía delante de los ojos, porque el jarro habitual de barro había sido sustituido por otro de vidrio. La imagen de búsqueda del jarro de barro borraba la imagen perceptual del de vidrio.