El cine y el inagotable mundo de la peluquería
Querido diario:
Tanta playa y tanto cloro de la piscina en estas semanas de vacaciones me ha dejado el pelo como un estropajo. Así que ahora que se acaba el verano he decidido ir a una peluquería a ver si le pueden devolver la salud a mi melena.
Un buen peluquero debe ir más allá de cortar y peinar, tiene que saber qué le puede quedar bien a un cliente y qué no, y debe responder a sus expectativas desde el primer momento en el que uno entra en la peluquería. El cine nos ha enseñado muchos tipos de peluqueros y peluqueras, desde verdaderos profesionales a torpes principiantes, como la guapa Heather Graham que en la pelíucla “Dime que no es cierto” le cortaba un trozo de oreja a su supuesto hermano. Salones de belleza sofisticados o peluquerías caseras, como la que tenía Lola Dueñas en “Volver”, han sido escenario de muchas películas.
Ahora nos llega algo distinto… En “Zohan: licencia para peinar” Adam Sander es un peluquero poco habitual. No sólo porque abandona su puesto en el ejército de Israel para cumplir su sueño de lavar y marcar cabezas, sino también por su peculiar ritual erótico al hacerlo.
Aquí tienes un mp3 con algunos de los peluqueros que han pasado por la gran pantalla, quizá nos ayudará a decidir en cuál de ellos es mejor no confiar nuestras cabezas…