"Cien clavos"
“Cien clavos” es una metáfora sobre la vida actual frente a la vida básica a la que regresa un eminente profesor de filosofía de una universidad italiana. Empieza como un thriller que parece inspirado en un súper-ventas convencional, cuando en la biblioteca de la universidad aparecen cien libros que han sido sacados de sus estanterías y atravesados con clavos. Pero a los diez minutos estás con el protagonista que ha decidido colgarlo todo, que la vida no está en los libros y que se instala en una casucha abandonada a las afueras de un pequeño pueblo en la llanura del río Po. Es una propuesta más próxima al cine de los años seteta que al actual. Todo transcurre con lentitud, sin ocurrencias y apenas diálogos. Es más interesante la reflexión que puede provocar lo que se muestra, que verlo suceder. No se explica la causa del cambio del personaje, y no puedes identificarte con sus esperanzas porque sabes demasiado poco de él. Se digiere mejor sabiendo que es cine de mirar sin prisas, su mejor virtud, aunque hay muchos ratos en que también es su mayor defecto porque esperas que ocurra algo que no ocure hasta los últimos minutos, y cuando pasa, dudas si valía la pena.
Yo le doy un CINCO