“Black beach”
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El argumento: Carlos, un alto ejecutivo a punto de convertirse en socio de una gran empresa, recibe el encargo de mediar en el secuestro del ingeniero de una petrolera americana, en África. El incidente está poniendo en peligro la firma de un contrato millonario.
Conviene ver: “Black beach” es un film que denuncia la pasividad de los grandes organismos internacionales ante la corruptela empresarial y el incumplimiento de los Derechos Humanos en determinadas zonas del planeta. Su protagonista es un antiguo cooperante que ahora es un alto ejecutivo de una multinacional y que espera un ascenso, pero ello depende de su gestión como mediador en el secuestro de un ingeniero por la guerrilla guineana. Es un film en el que Esteban Crespo, que vuelve a África tras su corto sobre los niños soldado "Aquel no era yo" (2012), quiere navegar entre el drama de este hombre, que espera a acomodarse ante una inminente paternidad, y el thriller político que salpica a las grandes corporaciones, pero falla en su indefinición, metiendo una serie de subtramas que no solamente no aportan sino que hacen que el relato no avance y resulte demasiado impostado. Raúl Arévalo resuelve con su eficacia habitual su papel, demostrando que es capaz de mejorar el material que tiene en sus manos, y Candela Peña en una breve intervención consigue darle matices a un personaje que en manos de otra intérprete habría sido insustancial. Una película que aborda la diferencia de clases y de raza en un entorno de muchos intereses en esta propuesta con vocación de ser un Jason Bourne patrio.
Conviene saber: Esteban Crespo ("Amar") presentó su segunda película en el Festival de Málaga 2020.
La crítica le da un CINCO
