Cine en serie: "Las buenas madres"... con huevos

Querido Teo:

Una mujer avanza decidida hacia unos archivos en la sede de una magistratura de la región italiana de Calabria; al mismo tiempo unos motoristas dejan una bombona con un temporizador a las puertas del edificio. Así son los primeros treinta segundos de "Las buenas madres", galardonada en el nuevo apartado del Festival de cine de Berlín dedicado a las series de televisión.

La fuerza de esta historia se desveló para muchos fuera de Italia cuando la Asociación de Prensa Extranjera dio su premio al libro del mismo título escrito por Alex Perry, que ya había llevado a las librerías a muchos italianos, atraídos por una novedad: por vez primera se contaba las miserias y crímenes de la mafia calabresa desde un punto de vista femenino. El libro contenía la historia real de mujeres de edades y posiciones diferentes, unidas por su relación con la mafia más cruel de la Italia actual.

La 'Ndrangheta existe judicialmente desde 2016, aunque parezca imposible. De un año tan reciente es la primera sentencia, el final de un camino tortuoso para sacar a la luz a la mafia más poderosa y extendida del mundo. Es una organización que apenas tiene arrepentidos, porque son familias de sangre. Las mujeres tienen un papel que hace sorprendente que hayan surgido en los últimos años la rebeldía de algunas de ellas. Una de las historias más terribles es la de Lea Garofalo, la mujer que lanza la historia de "Las buenas madres".

Nació en un pueblo de 9.000 habitantes, hija de un capo asesinado en 1975 cuando ella era un bebé, y creció en una guerra que fue dejando unos 40 muertos. Su hermano también fue capo, asesinado en 2005 y su novio, Carlo Cosco, la dejó embarazada con 16 años. Se casaron tras la "fuitina", la huida con el pretendiente para poner a las familias ante el hecho consumado de una relación sexual, real o supuesta, que hace obligatorio el llamado "matrimonio reparador".

Lea Garofalo, se instaló con su pareja en Milán, en el negocio de la droga, pero cuando Carlo ingresó en la cárcel en 1996 decidió dejarlo para darle a su hija Denise un futuro distinto. También decidió colaborar con la Justicia y comenzó a contar todo lo que sabía, los secretos de la 'Ndrangheta. En 2002, cuando su hija Denise tenía 10 años, entró en el programa de protección de arrepentidos, con identidad y residencia en un lugar secreto. Pero sus declaraciones no fueron consideradas relevantes y quedó fuera del grupo de testigos.

Con la ilusión de que era posible restablecer la comunicación con su ex pareja, al no ser ya un peligro para él, lo llamó porque tenía un problema en la lavadora y su ex le envió un fontanero, pero nada más abrir la puerta Lea sospechó de él y se enzarzaron en una pelea a puñetazos: «¡Si quieres matarme hazlo ya, y si no vete!», contó que le dijo. El sicario huyó dejando una caja de herramientas con un aparato de descargas eléctricas y lo necesario para torturarla, para saber antes de matarla lo que había contado a los magistrados.

Lea, de 35 años, y su hija Denise, que tenía 17, se sentían acosadas y sin salida. Su hija quería irse al extranjero a estudiar en la universidad, pensaban en mudarse las dos a Australia. Al final decidieron vencer el miedo y aceptar un encuentro con Carlo Cosco para hablar de ello. «Yo no tengo una lira, y él es rico, está construyendo un hotel en Madrid», le dijo a una abogada cuatro días antes, cuando se cruzaron en una estación. Se vieron en el centro de Milán el 24 de noviembre de 2009. Una cámara de seguridad de la calle grabó el encuentro. Ella pensó que con su hija delante su ex no le haría nada, pero él propuso que hablaran a solas. Lea aceptó.

Las imágenes, desoladoras, que se hicieron públicas, muestran a estas dos mujeres desamparadas, dos figuras una blanca y una negra, vagando por la calle hasta que Lea se mete en una furgoneta. Dentro había dos hombres, uno de ellos era el falso fontanero, al que reconocería en el acto. Tal y como dice uno de los personajes de la serie, la actriz que encarna a una tía de Lea, "Mi sobrina no tiene mucho cerebro, pero le sobran huevos". Es en este punto cuando comienza esta serie donde actúan algunas de las actrices italianas más valoradas.

A la historia de Lea se une también la de Giuseppina y Concetta, dos mujeres unidas por una experiencia vital opresiva y asfixiante y por el deseo de huir de casa para garantizar un futuro mejor a sus hijos. La quinta mujer es la magistrada que desafió a los criminales mafiosos en esta serie que habla sobre el crimen, los actos ilícitos, las leyes entre clanes, la opresión, la violencia, pero también es una historia llena de esperanza, y que ofrece la visión de un mundo "mejor" a través de las historias de resiliencia de cuatro mujeres jóvenes.

La 'Ndrangheta no perdona, sus poderes son casi tan fuertes como los de la Mafia y la Camorra, pero hay quienes creen que pueden derrotar a estas organizaciones patriarcales. Y la serie de televisión cuenta, con poco tacto y refinamiento en los detalles, la batalla de una mujer que usa la ley para establecer el orden y la legalidad, al mismo tiempo que muestra una imagen del lado oscuro y menos conocido de los clanes criminales. El foco se desplaza al eslabón "más débil", a las esposas y madres de los jefes que, soportando las leyes que les imponen, intentan escapar, rebelarse e imaginar una vida alejada del tráfico ilícito. Y para ello, "Las buenas madres" se apoya en una historia poderosa, con diálogos reducidos al hueso, embellecida con sugerencias y pruebas de valentía.

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Carlos López-Tapia