"El enjambre humano. Cómo nuestras sociedades surgen, prosperan y caen"

"El enjambre humano. Cómo nuestras sociedades surgen, prosperan y caen"

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«¿Qué es el patriotismo sino el amor por la comida que uno comió de niño?», dice un proverbio chino, y hay una amplia libertad en todo lo que hace salivar a la gente. Yo he comido ciempiés fritos en China, avispas escabechadas en Japón, embriones de cerdo en Tailandia, hormigas tostadas en Colombia, orugas mopane secas en Sudáfrica, termitas crudas en Namibia, larvas de escarabajos en Nueva Guinea y rata picada en Gabón. A los que gustan de tales manjares les choca la repugnancia que sienten los extranjeros. Muchos de los atributos que llamo «marcadores» pertenecen a la categoría de la cultura. Aunque esta palabra a menudo se asocia a la panoplia de logros intelectuales y artísticos de una sociedad, se refiere en general a todo el acervo de características transmitidas entre generaciones, principalmente mediante la enseñanza activa. Entre las más estudiadas se encuentran las normas. Se trata de los sobreentendidos que los ciudadanos comparten en relación con sus valores y códigos morales, incluidas la predilección por mostrarse generoso o ser de ayuda y las creencias sobre lo que es justo o apropiado. Las normas y los atributos culturales llamativos, como los tabúes alimentarios o las banderas nacionales, son los que reciben la mayor atención, pero hay una serie de marcadores más sutiles que son muy importantes y que se pasan fácilmente por alto. Al respecto me viene a la mente una escena de la película de Quentin Tarantino "Malditos bastardos" (2009). Un espía británico disfrazado de nazi pide tres cervezas en un bar alemán levantando los tres dedos medios de una mano en lugar de extender los dedos índice, medio y pulgar, como hacen los alemanes, y lo que sigue es el tiroteo clásico, cardiaco, de Tarantino.

Título: "El enjambre humano. Cómo nuestras sociedades surgen, prosperan y caen"

Autor: Mark W. Moffett

Editorial: Debate

Este ensayo, considerado uno de los más atractivos de los últimos meses, intenta explicarnos como se construye, funciona y se destruye cualquier sociedad. Para hacerlo Moffett decide comenzar en uno de los lugares más concurridos del mundo, la Estación Central del Metro de Nueva York, donde se reúnen y cruzan personas que a lo largo de un único día es probable que puedan representar culturas, razas y creencias de todo el planeta. El propósito de Mark W. Moffett es intrigarnos en todo momento con misterios sobre nosotros, unos de cierta trascendencia y otros singulares, pero esclarecedores.

He aquí un adelanto: los elefantes de las sabanas africanas forman sociedades, mientras que los elefantes asiáticos no lo hacen. ¿Por qué, a pesar de que los humanos están estrechamente emparentados con dos especies de primates, el chimpancé y el bonobo, las hormigas hacen todo tipo de cosas «humanas», como construir carreteras, establecer reglas de tráfico, tener individuos encargados de la higiene pública y practicar la producción en cadena, mientras que esos monos no las hacen?

Moffett lleva muchos años estudiando la biología de todo el mundo, y muy particularmente a las hormigas, pero en sus primeras páginas revela la imagen que ha disparado este libro: "Mi momento «eureka» llegó al percatarme de que la posibilidad, aparentemente trivial, que tiene la gente de entrar en una cafetería llena de extraños y no pensar en ellos podría remontarse a un punto de inflexión de la evolución humana que ha sido pasado por alto, un cambio de perspectiva prehistórico que con el paso del tiempo haría posibles las naciones. Estar rodeado de desconocidos sería inimaginable para un chimpancé, que huiría aterrorizado. Lo que cambió en el caso de los humanos fue el modo en que identificamos a quienes representan o no nuestras identidades sociales".

El libro investiga y demuestra la fuerza que damos a la identidad social, alcanzando extremos que ejemplifica con su propia experiencia: "Como mirmecólogo, estoy especialmente interesado en la ceremonia de iniciación guerrera que todavía llevan a cabo los sateré-mawé del norte del Amazonas. El rito requiere que los jóvenes varones sean picados por horribles hormigas de dos centímetros y medio de largo y formas romboidales que algunos llaman, no sin motivo, «hormigas bala». El dolor que me produjo en una ocasión la picadura de una hormiga bala me hizo caer al suelo a pesar de habérmela sacudido antes de que consiguiera ponerme una inyección completa. Aquello no fue nada comparado con las experiencias del adolescente sateré-mawé aguijoneado por decenas de hormigas bala durante cinco minutos, un nivel de tormento que sólo igualaría una multitud de heridas recibidas en una batalla".

Se explican los mecanismos que empleamos, subconscientes la mayoría, para formar una sociedad, y como los prejuicios se insertan en nosotros. Empleando otras sociedades animales como la hormiga argentina, que vive en guerra mundial desde hace décadas, Moffett nos pone delante muchos desajustes: "Lo que a menudo se denomina «inteligencia» de la multitud puede calificarse con más exactitud de ley de la calle, con unas personas que renuncian a su voluntad individual y sucumben a la histeria del grupo. Unirse a las masas da a los que carecen de influencia una oportunidad de ostentar poderes intimidantes e implicarse hasta en la violencia de bandas y en el genocidio".

Qué son las sociedades, por qué existen en los humanos y algunas otras especies, y cómo hemos logrado transformarnos para formar las naciones, es lo que explica "El enjambre humano". El economista, filósofo y premio Nobel Amartya Sen es uno de los científicos que se esfuerza por explicar los motivos que llevan a los individuos a disolver sus identidades en grupos. A propósito de los sangrientos conflictos de Ruanda, por ejemplo, Sen lamenta el hecho de que «un peón hutu de [la capital] Kigali puede ser presionado para verse solo como un hutu e incitado a matar tutsis cuando no solo es un hutu, sino también un kigalinés, un ruandés, un africano, un trabajador y un ser humano». Estas y otras discordancias son uno de los temas de los capítulos que componen este libro. Cuando las convicciones sobre lo que una sociedad representa o quién pertenece a ella entran en conflicto, la desconfianza crece y los lazos se rompen.

Carlos López-Tapia

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