"El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos"

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El argumento: Después de haber recuperado el reino del dragón Smaug, la compañía ha desencadenado, sin querer, una potencia maligna. Un Smaug enfurecido vuela hacia la Ciudad del Lago para acabar con cualquier resto de vida. Obsesionado sobre todo con el reino recuperado, Thorin sacrifica la amistad y el honor para mantenerlo mientras que Bilbo intenta frenéticamente hacerle ver la razón por la que el hobbit toma una decisión desesperada y peligrosa. Pero hay aún mayores peligros por delante. Sin la ayuda aparente del mago Gandalf, su gran enemigo Sauron ha enviado legiones de orcos hacia la Montaña Solitaria en un ataque furtivo. Cuando la oscuridad se cierna sobre ellos, las razas de los Enanos, Elfos y Hombres deben decidir si unirse o ser destruidos. Bilbo se encontrará así en la batalla épica de los cinco ejércitos, donde el futuro de la Tierra Media está en juego.

Conviene ver: “El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos” es el cierre a la segunda trilogía en la Tierra Media de Peter Jackson. Un proyecto del que tanto se ha hablado en los últimos años (no hay que olvidar que durante bastante tiempo Guillermo del Toro era el director) y que pasó de dos películas a tres, algo impensable teniendo en cuenta la poca extensión de la novela de Tolkien, siendo algo que ha lastrado a toda la trilogía y que ya de partida la ha colocado varios escalones por debajo de “El señor de los anillos”, no sólo por haber pasado ya el factor novedad sino también por la necesidad de estirar y estirar innecesariamente. Si la primera era un prólogo colocando las piezas en el tablero, y la segunda se basaba en la aparición del dragón Smaug con un final interruptus, en esta ocasión manda la batalla y la épica. Oscura, entretenida y con un punto emocional y romántico para los más sensibles, aunque esto se antoje un poco innecesario. Mucho relleno, siendo como decimos la tendencia general en todas estas películas, pero conformando un gran espectáculo que supone un digno cierre a este conjunto. Eso sí, la película no ganará como adeptos a los que al final quedaron hartos y abandonaron el camino aunque sí que es la mejor de toda la trilogía a pesar de que, en determinado punto, tenga que aportar mucho de cosecha propia ya que no hay más material que adaptar. El problema es que suena a ya visto y en que cuando llega la batalla, saturada digitalmente y abusando siempre de los mismos planos y planificación, se ha perdido el interés en la cinta. La saga, además, también confirma a Martin Freeman como uno de los actores más rentables y solventes del cine actual, así como al Thorin de Richard Armitage como el personaje que ha dado de vida a unas películas, junto al siempre eficiente Gandalf de Ian McKellen. Jackson ha preferido centrarse en su concepto de precuela que volar por sí mismas y la brillantez de hace 10 años ha derivado en hartazgo. Puro negocio.

Conviene saber: El habitual equipo técnico y artístico se reúne por última vez en este particular fin de fiesta.

La crítica le da un SEIS