Elmer Bernstein, polivalencia y maestría

Elmer Bernstein, polivalencia y maestría

1 Sarcofago2 Sarcofagos3 Sarcofagos4 Sarcofagos5 Sarcofagos (1 votos, media: 5,00 de 5)
Cargando...

Deja tu comentario >>

Querido Teo:

El pasado 4 de abril se cumplieron 100 años del nacimiento de Elmer Bernstein, uno de los compositores fundamentales de la música de cine de la segunda mitad del siglo XX. Influido por el jazz y el sinfonismo suyas son las partituras de “Los diez mandamientos” (1956), “Los siete magníficos” (1960), “Matar a un ruiseñor” (1962), “La gran evasión” (1963), “Aterriza como puedas” (1980), “Los cazafantasmas” (1984) o “Los timadores" (1990). En su aval más de 250 trabajos, lo que demuestra su carácter prolífico, y 14 nominaciones al Oscar en las diferentes categorías musicales de estos premios ganando la estatuilla por “Millie, una chica moderna” en 1968. Un bagaje pobre, y por uno de sus trabajos menos lucidos, para el que es sin duda un imprescindible de la música de cine en particular (y de la composición en general) no suficientemente reivindicado a pesar de que todo el mundo conoce (y ha tarareado), al menos, un par de sus composiciones.

Elmer Bernstein nació en Nueva York en 1922, hijo de una familia judía con padre austrohungaro y madre ucraniana, teniendo claro desde pequeño que quería dedicarse al mundo del espectáculo, barajando la posibilidad de ser actor, cantante, pintor o bailarín, pero fue la composición lo que le acabó conquistando después de demostrar sus habilidades con el piano.

Empezó a estudiar con el compositor Aaron Copland y más adelante ingresó en la Academia Juilliard. Sus estudios se truncaron cuando tuvo que incorporarse al ejército durante la Segunda Guerra Mundial, tiempo que aprovechó para seguir cultivando esta faceta donde compuso música para documentales así como arreglos y temas para la radio de la Armada formando parte también de la banda militar de Glenn Miller.

Apadrinado por Jerome Moross, Alex North y el propio Aaron Copland su debut en el cine llegará con “El ídolo” (1951), el primer trabajo de una larga carrera que abarcaría seis décadas y que le llevaría a ser la única persona que ha conseguido nominaciones al Oscar en cada una de las décadas de 1950 al 2000. Fue “El hombre del brazo de oro” (1955) la cinta que cambiaría todo ya que, después de producciones más modestas, no sólo en ella definiría su estilo (con tonos jazzísticos, rupturistas e iconoclastas) sino que supondría su primera candidatura a los premios de la Academia, institución de la que sería vicepresidente entre 1963 y 1969.

Vídeo

Vídeo

Eso sí, Elmer Bernstein no fue nunca un compositor encasillado o conformista ya que también cimentó su faceta musical añadiendo profundidad a través de sus grandes orquestaciones a la épica bíblica de “Los diez mandamientos” (1956) y desapolillando el western con “Los siete magníficos” (1960) cuyo tema principal se convertiría en leitmotiv para una conocida campaña publicitaria de tabaco. Bien fuera en proyectos modestos como en grandes superproducciones, Bernstein siempre cumplía tanto por calidad como por su rapidez a la hora de componer siendo habitual que encadenara más de media docena de proyectos al año con total facilidad.

Vídeo

Vídeo

Al igual que muchos otros artistas en Hollywood, Bernstein se enfrentó a la censura durante la era del senador McCarthy de principios de la década de 1950. Bernstein fue llamado por el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes cuando se descubrió que había escrito algunas reseñas musicales para un periódico comunista. Se negó a nombrar nombres, señalando que nunca había asistido a una reunión del Partido Comunista. La sombra de la sospecha no dañó a su carrera y su integridad fue muy valorada por unos compañeros que siempre destacaron de él su dignidad y su pasión por el trabajo.

Elmer Bernstein lograba aunar el sinfonismo apabullante con temas tarareables y populares como demuestra la marcha de “La gran evasión” (1963), una pieza reconocible se haya visto o no la película y que logra desprender ese espíritu canalla y aventurero que destilaba el protagonista de la cinta, Steve McQueen. Con el tiempo, y como el propio músico sería testigo antes de su muerte, muchos aficionados del fútbol inglés incorporaron este tema en sus cánticos y celebraciones en los partidos.

Vídeo

En la que fue sin duda su década de auge y consagración, también pertenecen a los 60 sus trabajos en “La fuga de Alcatraz” (1962) y “Matar a un ruiseñor” (1962), dando paso a esta ocasión a un clasicismo humanista e intimista que traspasaba la pantalla acompañando a ese buen hombre, Atticus Finch, el rol de abogado honesto que es el personaje que mejor ha explicado en el cine lo que es la empatía. Todo ello a través de una música con un punto de ensoñación que parece querernos hacer concluir que al final son los hombres (los buenos) los que terminan moviendo el mundo con sus desinteresadas acciones. 

Vídeo

Vídeo

Como suele ocurrir habitualmente, no sólo entre los actores y no sólo en épocas recientes, la Academia de Hollywood sólo premió a Elmer Bernstein una vez y no fue precisamente por uno de sus trabajos más alabados. “Millie, una chica moderna” (1967) fue un juguetón y vivaz entretenimiento musical a mayor gloria de Julie Andrews que llevó a Bernstein a realizar un trabajo vivaracho y eficaz pero inferior a sus grandes composiciones. Fue el único premio que ganó esa noche la cinta de George Roy Hill que llegaba con 7 nominaciones al Oscar.

Vídeo

Terminó la década trabando una buena amistad con John Wayne a partir de “Valor de ley” (1969), con una inconfundible fanfarria que fue el prolegómeno de poner la música a los últimos trabajos del actor durante la década de los 70. Ya en los 80 no aumentó su prestigio pero sí su popularidad gracias a seguir a un ritmo incesante y poniendo música a algunas de las comedias más representativas de la época. John Landis había crecido cerca de Bernstein, y se hizo amigo de él a través de sus hijos. Años más tarde, solicitó que Bernstein compusiera la música para “Desmadre a la americana” (1978) a pesar de que el Estudio no le veía como el más adecuado para ello.

Vídeo

Todo un acierto ya que después vendrían “Aterriza como puedas” (1980), “El pelotón chiflado” (1981), “Un hombre lobo americano en Londres” (1981), “Entre pillos anda el juego” (1983), “Los cazafantasmas” (1984) o “Tres amigos” (1986). Bernstein también formó parte del exitoso Thriller de Michael Jackson, compuso la música de terror que se oye en el videoclip, y también fue responsable de la sintonía de los documentales de The National Geographic. Bernstein demostraba que era capaz de todo y siempre sacando buena nota.

Vídeo

Vídeo

Puso música a “Mi pie izquierdo” (1989) cambiando de década y de rumbo nuevamente ya que volvió a poner música a algunas de las mejores cintas de aquellos años. A destacar “Los timadores” (1990) y, sobre todo, sus colaboraciones con Martin Scorsese. Cuando el director anunció que estaba llevando a cabo el remake de “El cabo del miedo” (1992), Bernstein adaptó la banda sonora original de Bernard Herrmann a la nueva película y el director no dudaría en contar de nuevo con él en “La edad de la inocencia” (1993) y “Al límite” (1999).

Vídeo

Vídeo

La guinda del pastel de la carrera de Bernstein se saldó con una última nominación al Oscar. Si hay una música que sabe retratar el color y los sentimientos que muestra una cinta visualmente en su paleta de tonos esa fue sin duda la partitura para “Lejos del cielo” (2002), una vuelta al melodrama bañado de melancolía y con cierto aire trágico que se adaptaba como un guante a una cinta que reivindicaba lo anacrónico y al cine de Douglas Sirk en el que la estética y la música encajaban como una perfecta sinfonía para reflejar a esa clásica e idealizada familia usamericana con más sombras, frustraciones y traumas de lo que aparenta. Una música deliciosa pero también ilustrativa de la honda infelicidad que transmiten sus personajes.

Vídeo

Elmer Bernstein ganaría también 2 Globos de Oro (“Matar a un ruiseñor” en 1963 y “Hawaii” en 1967), 1 Emmy (“The making of the presidente 1960” en 1964) y obtuvo 5 nominaciones al Grammy y 3 a los premios Tony. Los Razzie incluso le reconocieron en 1985 por “Bolero”, una cinta de argumento demencial hecha para el lucimiento de Bo Derek y en la que Bernstein trabajaba con Peter, el único de sus cuatro hijos que ha seguido sus pasos en la composición. Casado en dos ocasiones, murió el 18 de agosto de 2004 víctima del cáncer a los 82 años en su residencia de Ojai (California) dejando un legado referencial para los compositores de la actualidad.

Nacho Gonzalo

¿Compartes?:
  • email
  • PDF
  • Print
  • RSS
  • Meneame
  • del.icio.us
  • Facebook
  • Google Bookmarks
  • Twitter
  • FriendFeed
  • LinkedIn

Comentarios

Suscríbete
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Me encantaría conocer tu opinión, comenta.x
()
x