"Esperando a Míster Bojangles"

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El argumento: El pequeño Gary vive con Camille Fouquet y Georges Fouquet, sus excéntricos padres, y un pájaro exótico en un apartamento parisino. Cada noche, Camille y Georges bailan con amor Mr. Bojangles, su canción favorita. En casa de los Fouquet solo hay sitio para la diversión, la fantasía y los amigos. Pero a medida que su fascinante e impredecible madre se adentra más profundamente en su propia mente, quedará en manos de Gary y su padre que Camille esté a salvo.

Conviene ver: “Esperando a Míster Bojangles” se concibe como una fábula ambientada en la Francia de la década de los 60 bañada por el encanto de la nostalgia y por el estilismo de la mitificación de aquellos años, tamizado por el recuerdo de pequeño Gary, motor emocional a través de su mirada de la adaptación de la novela de Olivier Bourdeaut. Una primera parte chispeante y reparadora entre alegría, fiestas e ilusión deriva en un drama familiar en el que la enfermedad y la precariedad económica rompe esa burbuja de ilusión una vez que la madre transforma su optimismo jovial en brutales cambios de humor debido a una perturbación mental. El baile, la música y la festividad como terapia así como la entrega y el amor que lleva a sacrificarlo todo por la otra persona y su felicidad, buscando una sonrisa aunque eso implique renacer cada día renovando de nuevo el compromiso establecido en su día cuando esos dos jóvenes románticos se encontraron frente a frente surgiendo el flechazo antes de emprender de manera vertiginosa una vida en común basándose en lo que les dice el corazón más que la cabeza. Una cinta bien ambientada y lucidora, emocional, clásica y sofisticada, sostenida por el encanto excéntrico de sus personajes con un reparto encabezado por el niño Solan Machado-Graner y los habituales del cine francés Romain Duris, Virginie Efira y Grégory Gadebois. Aunque sufre que el tono que propone el director, parecido a un Wes Anderson hipervitaminado, chirríe cuando se abre paso la parte más dramática de la cinta, es una apuesta bonita y sentida para los aficionados a historias evocadoras con marchamo de toda la vida contando con el leitmotiv de la canción que da título a la película compuesta por Jerry Jeff Walker en 1968.

Conviene saber: La cinta está dirigida por Régis Roinsard (“Populaire”, “Los traductores”).

La crítica le da un SEIS