"Maria Chapdelaine"

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El argumento: Maria Chapdelaine, una joven de 16 años, vive con su familia en un terreno cerca del río Péribonka en el Quebec rural de principios de 1900. Como verdaderos pioneros, la familia Chapdelaine se esfuerza por hacer retroceder el bosque. En un hogar en el que ni siquiera el agotamiento físico puede disminuir el calor de la vida familiar, María se encuentra ante un profundo dilema. François Paradis, un cazador de pieles y leñador de espíritu libre promete a María volver en primavera para casarse con ella, mientras que Lorenzo Surprenant llega a la granja ofreciéndole una existencia cómoda en una ciudad estadounidense.

Conviene ver: “Maria Chapdelaine” es una cinta reposada y contemplativa que nos lleva al Canadá francófono de primeros del siglo XX en el que la familia, lo rural y la convivencia de la comunidad con la naturaleza es lo fundamental. La protagonista vive con sus padres y hermanos en una granja recóndita de Quebec entre leñadores y colonos formando parte de un estilo de vida ya perdido y difícil en el que una familia sufre las estaciones, el duro invierno y el esforzado verano, entre la cosecha, la ganadería y la esperanza de que los hijos puedan tener una existencia más cómoda que la de unos padres que no han hecho más que trabajar la tierra y criar a su familia en una permanente incertidumbre en función de las inclemencias y el destino. Todo arraigado en una férrea tradición marcada por la religión que también condiciona a todos en la eterna diatriba entre lo que está bien y lo que está mal a ojos de las escrituras religiosas y el dogma moral. A pesar de ese aislamiento rutinario tiene tres pretendientes que le harán plantearse cuál debe ser su futuro entre dedicarse a su familia o crear una nueva bien con un aventurero, un granjero o un chico de ciudad. La eterna diatriba entre el ser quien ella quiere ser (le hubiera gustado estudiar y ser maestra) o quedarse al cuidado de los suyos. Una cinta en la que priman los silencios a lo largo de sus 158 minutos en la que más que lo que se narra lo destacado es lo que subyace en esos personajes que siguen su rutina diaria a la espera del siguiente cambio de ciclo y a merced de lo que pueda venir, hecho que no permite ni la más mínima confianza dejando a mujeres como la protagonista en permanente estado de atención, escucha y resignación. Una cinta íntima y pausada que muestra un modo de vida patriarcal y rústico y sus condicionantes, ajeno al progreso industrial, siendo elegante, sensible y honda, así como bella en forma, aunque sea también sacrificando la paciencia del espectador que asiste a una pieza delicada y valiosa artísticamente pero que no logra arrebatar, a pesar del trabajo de la actriz Sara Monpetit, al quedar demasiado coartada por su forma y minimalismo y destacar más por su presentación que por lo que subyace desde un punto de vista cinematográfico.

Conviene saber: Sebastien Pilote adapta la novela de Louis Hémon que ya ha tenido varias versiones como la de 1934 dirigida por Julien Duvivier.

La crítica le da un CINCO